Oraciones A Santa Elena Para Desesperar

¡Oh Magnánima Santa Elena! tu ardiente amor por Dios, tu elevada virtud y tu gran caridad hacia tus semejantes, te hicieron un ser digno, con poderes milagrosos como los que no se concedieron a ningún otra Santa aquí en la tierra.

Por esa razón tan especial, hoy un inmenso milagro espero de ti, que siempre has empeñado tu palabra, la que siempre está lista para interceder ante la solicitud de quienes están con problemas en su relación conyugal. La afanosa oración de la amarga prueba jamás fue dirigida a ti en vano.

¡Oh Milagrosa Santa Elena!, confiando en tu misericordia, te ruego me concedas la gracia de desesperar a (se dice el nombre de ese hombre) para que regrese a mi manso. Te agradezco me hagas la caridad. Porque ¿no eres tú la Santa,  quien se empeñó en buscar la cruz de nuestro amado Jesús y la encontró entre las ruinas del Calvario?

¡Oh Benefactora Santa Elena! Haz que ese hombre se desespere por mi falta de amor y se digne a volver nuevamente su mirada hacia mí y a regresar a su hogar, donde siempre lo estaré esperando para colmarlo con el amor más grande.

Tú que siempre tenías un corazón repleto de simpatía, intercede por mí y coméntales de nuestra fe y alegría a los oídos del maestro Jesucristo, que amaba siempre al prójimo. ¡Oh, háblale!, pero que esa palabra y la gratitud de nuestro corazón sean todas las tuyas! Por los siglos de los siglos. Amén. (Se reza un Padre nuestro, Ave María y Gloria).

¡Oh mi Amada Santa Elena Venerada! tú que proteges al que está turbado y angustiado, te pido me ayudes en este momento cuando mi noviazgo está a punto de sucumbir. ¡Sé cuánto eres de fuerte, cuando los problemas nos abruman y opacan nuestros días!

Así como tienes fuerzas para emprender grandes y hermosos retos, así te ruego Santa Elena que me acompañes en esta mala hora y estés a mi lado, y hagas que (se dice el nombre de la persona amada) se desespere al no tenerme y voltee su mirada hacia mí y se quede enteramente conmigo, para reestablecer nuestro noviazgo.

Haz que yo pueda atraerlo con mis encantos, con mis palabras, con la pureza y la ternura de este amor. Haz que me ame y se comprometa a afianzar esta relación sentimental. No aguanto más tanta soledad. Sé que no tengo fuerzas ni el poder de conquistar esa gracia sola.  Pero con tu ayuda todo se puede lograr adorable y respetada Santa Elena.

Por eso, yo te suplico humildemente mi Santa Elena Amada, metas la mano en este momento y me ayudes a alcanzar esta gracia e impedir que esta relación con mi novio se acabe para siempre. No lo permitas Reina Amada. Por los siglos de los siglos. Amén.

Oh mi Poderosa Santa Elena! Así como ablandaste el corazón, la naturaleza, el pensamiento y todo el mal de la vida, hoy te ruego que en esta hora angustiosa y de dudas, ablandes el corazón de mi amigo íntimo para poder reestablecer nuestra  amistad.

¡Oh Amada Santa Elena!, eso te lo pido, no solo por el cariño y el aprecio que le tengo, sino por todo lo que vale como persona, quien ahora intentan alejarse de mi amistad por mis errores y malacrianzas. Por eso solo te pido que me ayudes a afianzar su amistad. Pero para lograrlo necesito pedirte perdón y disculparme sinceramente con él y así iniciar un nuevo camino fraternal.

Ten piedad de mi Santa Elena. No me desampares nunca ni permitas que las malas intenciones, envidias, mentiras, me alejen de mi gran amigo, porque me he dado cuenta de lo importante y valioso(a) que es para mi y lo que representa en mi vida. Gracias Dios Padre, en ti confió. Por los siglos de los siglos. Amen.

¡Oh Bendita Santa Elena! Tú que te afanaste en buscar la cruz y los tres clavos con los que crucificaron a nuestro amado Jesús, te pido con humildad llenes de desesperación a (decir el nombre persona) para que regrese y se quede a mi lado por siempre.

Solo te pido que cuando (Diga el nombre de la persona) me vea, se desviva por mí, si está durmiendo, entonces que no duerma, si está comiendo, que no pueda comer. Que no tenga sosiego, si no viene a hablarme. Sollozará por mí, por mí suspirará, como cuando la Virgen María suspiró por su hijo bendecido.

Debajo de mi pie izquierdo te tengo ya sea con tres, sea con cuatro palabras, ya sea con tu corazón. Si quieres dormir, no dormirás, si has de comer, no comerás ni podrás sentarte mientras no hables conmigo y me digas que me amas, y darme todo lo bueno que tu poseas.

Con desespero y angustia me amarás profundamente entre todas las mujeres del mundo, y yo siempre seré una rosa hermosa y fresca para (se dice de nuevo el nombre de la persona). No me dejes sola Amada Santa Elena. Ante tus pies te imploro calladamente, esperando tu respuesta afirmativa. Amén.

¡Oh Amadísima Santa Elena!, tú que eres fuente de amor perpetuo y eternizado y sabes muy bien lo que significa amar y compenetrarse con otro ser por amor, bendíceme en esta hora aciaga con la fuerza del amor puro, sublime y verdadero y permite que (se dice el nombre de la persona) se desespere y me busque afanosamente.

Hoy, Amada Santa Elena, quiero ser el canal irredento de tu amor, para difundir sabiamente tu gloria y hacer de este mundo un lugar mucho más apto para ser habitado por nosotros tus hijos, que como yo hoy la desesperanza lo agobia por no poder tener a mi lado a ese amor perdido.

En este momento de mi vida, donde la soledad y el desasosiego me abruma sin encontrarle sentido a mi vida, quiero suplicarte que me ayudes a recuperar el amor perdido, porque es y ha sido el único y verdadero en mi vida, para de esta manera imitar tu camino de amor y entrega hacia el prójimo.

¡Oh Santa Elena Milagrosa!, solo te pido que intercedas por mi ante el Dios Padre Bondadoso y le recuerdes mi petición para hacer que (se dice el nombre de la persona) se desespere y regrese a mi lado. La soledad ha embriagado mi existencialidad y he llegado a pensar que es a esa persona la que necesito para sentirme realizado(a). Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Sagrada Santa Elena! Sabes que las diferencias conyugales hay que saberlas sobrellevar con mucho amor, comprensión, mucha comunicación y sobre todo negociación. Por eso ¡Oh Santa Elena!, hace días mi esposa decidió marcharse con mis hijos, dejándome sumamente solo y abatido.

Debo reconocer que no soy un esposo perfecto; pero lo único que sé es que a ella y a mis hijos los amo infinitamente, y aunque he insistido para que me perdone, aún se mantiene reacia y se niega volver a su caluroso hogar.

¡Oh Amadísima Santa Elena Milagrosa! Hoy acudo a ti angustiado y muy triste, para que escuches mi plegaria y lograr que mi amada esposa se desespere y regrese a su hogar y me perdone sinceramente, a fin de poder continuar mi vida matrimonial en paz y armonía, junto a mis adorados hijos.

Protégelos ante mi ausencia. Te los encomiendo a ti, Misericordioso Dios Padre. Tú que sabes muy bien lo que un verdadero padre amoroso siente cuando no está al lado de sus hijos. Ayúdalos Amado Dios Padre. La impotencia me trastorna por no poder estar con ellos y resguárdalos de los peligros de la calle.

¡Oh Patrona de las Cosas Perdidas! En tu nombre sagrado, te pido fervientemente que me ayudes a recuperar a mi amada esposa, que se desespere ante mi ausencia y me busque, y así poder reconstruir nuestra relación conyugal, por el bien nuestro y de nuestros hijos, que en mis sueños los veo clamando por mí. Por los siglos de los siglos. Amén.