Oraciones A San Pedro

¡Oh Poderoso San Pedro!, Hoy me postro ante tus pies para que tu abnegado espíritu meta sus manos en todos mis actos y me aleje de los peligros que me acechan. Yo confió en la luz divina y universal que me otorgó la vida, me protege, me cubre de amor y paz, mediante tu misericordiosa intercesión

¡Oh Amadísimo San Pedro! Tú que eres manantial inagotable de sorprendentes bondades y que conoces mis angustias y mis preocupaciones, a ti acudo con toda mi intacta fe y esperanza para suplicarte tu santa protección

Hoy con esta ofrenda que te hago, te pido (se dicen las peticiones personales), suplicándote que me oigas atentamente y me ayudes en estos tiempos difíciles por los que estoy pasando. Deposito en tus manos todos mis problemas y angustias, seguro de lograr con tu poder y mis súplicas solventar mis problemas.

¡Oh Venerado Pastor San Pedro! Protégeme de todos los peligros y las intenciones malignas de los que me envidian. Resguárdame de todo lo malo y guíame por los senderos de paz y armonía, al lado de mis seres amados, que siempre me apoyan y me acompañan en mis travesías. Bendice benevolente San Pedro. Por los siglos de los siglos. Amen.

¡Amantísimo y Venerado San Pedro Apóstol! Hace mucho tiempo que estoy anhelando que (se dice el nombre de la persona que amas) me desee con toda su alma y me busque desesperadamente, pero aun hoy esa persona amada se encuentra con otra/o, mientras yo me consumo del dolor.

Pero yo quiero que se separen para que ese amor pueda estar conmigo. Sabes bien que no puedo desearle mal a ninguno de los dos. Solo deseo que esa persona se dé cuenta del valor de mi amor, que es inmenso comparado con el que le ofrecen en los actuales momentos.

¡Apreciado San Pedro! Yo estoy seguro que con tu sagrado poder, puedes lograr que ellos se separen y darme a mí la fuerza suficiente para conquistarla y recuperar su amor, que tanta falta me hace para ser feliz por siempre. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Magnánimo San Pedro, Pastor de la Iglesia católica! Hoy acudo ante tus pies y reconozco que he cometido muchos pecados, a veces por la ignorancia y por el ímpetu de la juventud, pero apartando esas cosas de mi vida, hoy deseo suplicarte que me otorgues la dicha de poder conseguir un buen trabajo, adecuado para mis competencias y que me brinde a futuro una excelente prosperidad.

Solo deseo un trabajo donde yo tenga la capacidad suficiente para ofrecer mis destrezas y mis conocimientos, ya que me gustaría trabajar en (se dice el trabajo deseado), porque es allí donde creo que puedo dar lo mejor de mí.

¡Oh Misericordioso San Pedro! Apóstol de Jesús. Yo soy y siempre seré tu fiel y leal devoto, porque he valorado y reconozco tu poder magnánimo entre los hombres. Por eso espero me puedas socorrer con esta suplica, y así de esta manera poder cubrir todas las necesidades de mi familia, que tanto confía en mí. Amén.

¡Benevolente San Pedro! Hoy con sincera humildad pido tu ayuda a través de esta oración porque estoy mal. Me encuentro desesperada(o) y no sé qué hacer ni a donde acudir, ya que (se dice el nombre) me ha estafado y ahora se niega a pagarme la deuda, se esconde y no se comunica conmigo, negándose a dar la cara en el problema.

Glorioso San Pedro, haz que (se dice el nombre de la persona) se arrepienta de lo que me ha hecho y me pida disculpa por su falta. Actualmente tengo casas comerciales soportadas por deudas o hipotecas bancarias y estoy muy nervioso(a). Solo lloro de tristeza y de preocupación por ese mal trance por el que estoy pasando.

Por favor San Pedro Apóstol, no me abandones, Ayúdame. Te suplico ponga en oración a (se dice el nombre) para que reflexione, recapacite y me cumpla con el pago de la deuda pendiente. Ilumínale la mente y el corazón Amigo San Pedro. Hazme ese milagro por favor para terminar de una vez con esta angustia. Amen.

¡Oh Alabado y Amado San Pedro, apóstol y seguidor del Señor Jesucristo! Hoy angustiado he decidido venir ante tus pies y arrodillarme con toda la humildad del mundo para pedir que me obsequies tu sagrada bendición en el nombre del amor.

¡Oh Milagroso San Pedro! Cabeza de la Iglesia Católica-Cristiana Universal, solo te pido que me ayudes en este momento de soledad y tristeza a encontrar el verdadero amor y nunca dejes que los malos deseos o las malas intenciones de los envidiosos me condenen a vivir en la desdicha, en la desgracia, sin contar con alguien a mi lado que me apoye y me motive en mis deseos y aspiraciones futuras.

Ahora te oro y me postro ante tu espíritu redentor para que hagas que la luz ilumine los caminos y senderos de mi vida y la oscuridad desaparezca de mi realidad, que nunca más vuelva a atormentarme. Te agradezco me permitas encontrar una buena persona con quien pueda compartir el resto de mis días y de la eternidad bajo la gloria de nuestro Dios Padre.

De antemano, quiero agradecerte amadísimo San Pedro, porque sé que me vas a escuchar y no me vas a desamparar en estos tiempos. Tengo la certeza de que al lado de esa persona voy a encontrar la felicidad terrenal, pero junto a ti Amado Jesucristo, voy a alcanzar la salvación eterna. Amén.

¡Oh Admirable y Bendecido San Pedro! Tú que fuiste escogido por el Señor para que predicaras su palabra y ayudaras a los pobres y a los menos favorecidos, otórgame en este momento la gracia de alcanzar la prosperidad que tanto he anhelado.

Permite grandísimo San Pedro que la abundancia llegue a mi vida y el dinero nunca sea la causa de los contrariedades y calamidades. Deja que la tan despreciada escasez se mantenga siempre alejada de nuestro alrededor, para no vivir en zozobra.

Regálame tu luz y oriéntame por los senderos de la bienaventuranza, donde no haya miseria ni pobreza y que lo único que encuentre sea la riqueza licita, bien lograda, para beneplácito de toda mi familia.

¡Oh! ¡Bendecido apóstol de Jesucristo! Favoréceme con mucho dinero y fortuna, pero impide que endurezca mi corazón. Que la humildad siempre se anide en mi alma y nunca permitas que las dificultades financieras me arrebaten la serenidad. Amén.

¡Oh Amadísimo San Pedro! Tú que fuiste el primer pastor y guía de nuestra Iglesia católica, ante ti vengo a rogarte que me des la gracia de (se dice el favor), pues confío plenamente en tu bondad y tu misericordia en estos momentos de dificultad. Tú que le diste ayuda a los más pobres y necesitados cuando nadie los socorría, acuérdate de mí persona y lléname de tu gracia para que todas mis demandas se hagan realidad.

Obséquiame una luz de esperanza para que encontrar la solución a todas mis calamidades y el sufrimiento se aparte de mi existencia y de mis familiares. Venerado Santo de nuestro Amado Jesucristo y de nuestro Dios Padre, te agradezco por oír mis peticiones y no abandonarme, pues a tu lado siempre hallaré la paz y el descanso. Por los siglos de los siglos. Amén.

Hoy ¡Oh Amadísimo San Pedro! Hoy me arrodillo ante tus pies para suplicarte que me liberes de las malas intenciones y de las maldades de mis enemigos. Que su envidia y su rencor no me causen más dolor de lo que me han causado.

Por ello, no les permitas que sea víctima de sus brujerías, de sus conjuros o de sus maldiciones. Hazlos recapacitar para que entiendan a buena hora que deben deponer sus acciones maléficas y sus malos pensamientos, buscando el perdón ante los ojos y las bendiciones del Señor.

¡Oh Sagrado y Venerado por siempre San Pedro! Envuélveme con tu sagrado manto y ayúdame a lograr la tranquilidad y liberarme de sus malas acciones. Resguárdame de todo lo malo, de los peligros que se encuentran a mi alrededor. Sagrado apóstol de Jesús, salvaguardarme de las malas acciones de mis enemigos y no dejes que caiga en sus tentaciones. Amén.