Oraciones A Santa Gema

¡Oh Magnificado Padre Celestial! Aquí estoy humildemente postrada a tus pies santísimos, mi amado Jesús, para manifestarte en cada momento mi reconocimiento y agradecimiento por tantos y tan constantes favores que has otorgado y que aún quieres concederme.

¡Cuántas veces te he invocado! ¡Oh Jesús Misericordioso! me habéis cumplido con entera satisfacción. A ti he recurrido a cada momento que me veo aturdida, y siempre me has consolado con tus bendiciones. ¿Cómo podré expresarte mis sentimientos, amado y venerado Jesucristo?

Hoy quiero ofrecerte mi eterno agradecimiento por tantas dadivas recibidas; pero otra gracia quiero de tí, ¡Oh Dios mío Santo!, pues si es de tu agrado (aquí se dice la gracia que se anhela alcanzar). Si no fueras mi Omnipotente y Todopoderoso Dios no te haría esta humilde súplica. ¡Oh Jesús Amantísimo y Piadoso!, Ten piedad de mí y hágase en todo tu santísima voluntad. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Ilustre Santa Gema! Protectora de los examinados, Tú que contaste con el honor de recibir de la gloria celestial  una inteligencia tan clara y una memoria tan preclaro y tan feliz y que siempre ocupabas las primeras filas de los asientos en el salón de clases.

Tu que te afanabas a estudiar y lograbas obtener las más altas calificaciones en tus exámenes, por medio de los cuales ganabas premios extraordinarios en notorios certámenes; pero inflamada de la más sensible caridad para con el prójimo, te angustiabas y sentías como propios los suspensos de tus compañeras de colegio.

Por esa razón, ya que examinas desde el cielo mis descuidos pasados y negligencias constante en los deberes escolares, obtenme del Señor el perdón que humildemente te suplico, para saber enderezar mis errores y fortalecer mis  conocimientos en la mayor gloria de nuestro Dios padre y la santificación de mi alma.

¡Oh Ilustrísima Santa Gema! En estas circunstancias en las que me voy a examinarme, necesito conservar una rectitud en mis intenciones, una constante serenidad de ánimo y un equilibrio perfecto para controlar mis nervios, y así poder obtener brillantes calificaciones con las que sueño.

¡Oh Piadosa y Comprensiva Santa Gema! Hoy deseo que me ensalces con tu protección y valida eficacia y me bendiga al Señor Jesucristo Amado por todos sus excelentes favores, ahora y siempre, esperando de Él también su apoyo y receptividad divina. Por los siglos de los siglos. Amén. (Aquí se debe rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.)

¡Oh gloriosísima protectora nuestra Santa Gema!, tú que atravesaste este valle de lágrimas sobre las penetrantes espinas del infortunio, vivenciando toda suerte de trabajos y dolores, compadécete desde el altísimo trono de gloria, del cual gozas en el cielo, por quienes nos sentimos desfallecer bajo el peso de la desgracia.

Amadísima santa Gema, alcánzanos la salud de (se dice el nombre de la persona amada) por quien hoy humildemente te invocamos si eso es para mayor bien espiritual de nuestras almas.

¡Oh poderosísima intercesora ante el trono de nuestro Dios Padre! Abogada siempre nuestra Santa Gema, por la ardiente caridad del prójimo que inflamó tu coraje impulsándote al alivio de todas las insuficiencias corporales y espirituales, compadécete y fija tu mirada hacia nosotros ganándote con tus ruegos al Señor la recuperación de la salud de nuestro ser querido, para quien te invocamos confiados en tu valioso patrocinio espiritual.

¡Oh encantadora y admirable Santa Gema Bendita!, En vista de que el Señor te ha dado la potestad de derramar sobre la Humanidad doliente tus bondades y prodigios sin miramientos, intercede piadosamente por nosotros, para poder gozar del júbilo del beneficio de la salud de (se dice el nombre de la persona) por quien te hemos rogado para gloria de nuestro Dios Padre. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Venerada Santa Gema! Como quisiera envolverme en tu divina santidad y ser fiel y leal al Dios Padre; recibe con suma humildad esta oración y conviértete en mi mediadora ante el trono de nuestro Dios Padre ante las miserias y momentos difíciles que tengo en mi vida.

Admirable Santa Gema Bendita de infinita bondad, por favor, intercede por mí mediante esta súplica de quienes fieles al Dios Padre buscamos a través de tus méritos de santidad, las gracias para acoger del cielo las bendiciones prometidas, de las cuales me declaro indigno de rogarte pero la necesidad es grande.

¡Oh Bondadosa Santa Gema! Mírame que estoy antes tus pies de hinojos, observa mi vida mísera y de deshonra, ¡Cuánta santidad te ha dado nuestro Dios Padre! ¿Acaso puedo alcanzar tanta bondad por mérito propio?

Amada Santa, permite que te exprese mis sentimientos y penurias apremiantes. Estoy seguro que eres mi mediadora y la de tantos ante el Padre  Creador. ¿Cuánto he anhelado recibir por medio de tu mediación el auxilio de nuestro Dios Padre? Bendita y santa servidora de nuestro Jesucristo, alcanza para mí la conversión, hazme obediente, humilde y bondadoso. .

Mira que de tu mediación requiero para lograr lo que en esta oración te pido, pues mi Dios Padre es generoso, pero mi fe es escasa. Ven pronto en mi ayuda, lleva al Dios Padre mi suplica, antecede a él si es para mi bien y envíame tu bendición para que me colme desde tu plenitud eterna. Por los siglos de los siglos. Amén.

Esta hermosa oración que hoy te clamo Gloriosa Santa Gema, la rezo todos los días como lo hacen millones de almas al rededor del mundo, para pedirte un inmenso favor, que sé que me cumplirás por medio de tu intermediación ante el Dios Padre.

Por eso, aquí me tenéis postrada a tus pies santísimos, mi amadísimo Jesús misericordioso, para manifestarte siempre mi agradecimiento y reconocimiento  por tantos y continuos favores como me los has otorgado y sé que aun quieres concederme.

¡Oh Bienaventurada Santa Gema! ¿Cuántas veces te he invocado? ¡Oh Jesús santificado! me has dejado siempre complacido; he recurrido constantemente a tu poder y siempre me das alivio. Pero ¿Cómo puedo expresarte mis sentimientos, amadísimo Jesucristo?

Hoy, inmensamente satisfecho te agradezco infinitamente; pero hay otra gracia que deseo de ti, ¡Oh Dios mío y Omnipotente!, si es de vuestro agrado (aquí se expresa lo que se desea conseguir). Si no fueses mi Dios todopoderoso no te haría esta plegaria. Ten piedad de mí, y cúmplase tu santísima voluntad. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Amantísima Protectora de los Desvalidos! Tú que has recibido del cielo la inteligencia y el don de la certeza, además de una excelente que te hizo feliz en su tiempo, hoy te agradezco me bendigas y me colmes con todos esos méritos para desplegarlos en mi trabajo diario.

Te lo pido porque deseo alcanzar las más altas evaluaciones en mis labores profesionales y obtener los más halagadores premios y reconocimientos en público; pero sin que mi sencilla humildad me abandone ante el prójimo, que hoy vive angustiado por tantas necesidades.

Haz que sienta como propios los triunfos de mis compañeras de trabajo; Tú que captas desde el cielo mi descuidado y negligente pasado en el cumplimiento de los deberes laborales, alcánzame del Señor el debido perdón que con humildad hoy te imploro para enderezar mis conocimientos a la mayor gloria de Dios y santificación de mi alma.

Y que en esta angustiosa circunstancia en que me van a evaluar, pueda conservar la buena intenciones y predisposición, la serenidad de mis ánimo y el equilibrio de mis nervios, para obtener los mejores promedios que deseo, alabar tu protección y eficacia, conformándome con la bendición de nuestro Señor por sus beneficios, ahora y siempre. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh gloriosa protectora nuestra Santa Gema!, tú que cruzaste este valle de lágrimas sobre las punzantes espinas del infortunio, experimentando toda suerte de trabajos y dolores, compadécete desde el encumbrado trono de gloria, que gozas en el cielo, de quienes sentimos desfallecer bajo el peso de la desgracia; alcánzanos la salud de la persona amada por la que te invocamos si ha de ser para mayor bien espiritual de nuestras almas.

¡Oh poderosa intercesora ante el trono de Dios y abogada nuestra Santa Gema!, por la ardiente caridad para con el prójimo que inflamó tu pecho empujándote al alivio de todas las necesidades corporales y espirituales, vuelve compasiva tu mirada hacia nosotros alcanzándonos con tus ruegos del Señor recupere la salud el ser querido sobre el que invocamos confiados en tu valiosísimo patrocinio.

¡Oh encantadora y admirable Santa Gema!, ya que el Señor te ha otorgado derramar, sobre la Humanidad doliente bondades y prodigios sin cuento, intercede piadosamente por nosotros, para alcanzar jubilosos la salud que te suplicamos para gloria de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.