Oraciones a Santiago Apóstol

¡Oh Bendito Santiago Apóstol!, eterno amante y bondadoso discípulo, hoy he decidido orarte para que me colmes de miles de bendiciones y bendigas con mucho amor a mi familia, pues sabes bien que una verdadera familia no solo la constituye el padre, la madre, los hijos, la hermana o hermano, esposo o esposa, sino quienes alborozados y repletos de humildad creen y confían en ti.

En este instante de necesidad espiritual, elevo a ti esta oración pidiendo una bendición para que (aquí se dice lo que se solicita). Te doy gracias desde este instante porque sé que con tu bondad infinita me cumplirás al oír mi ruego desesperado.

Adorado Dios Padre, escucha mi plegaria en los labios de Santiago Apóstol, líbrame de todos los males que me afectan; desaparece todas las deudas y apremios que me aquejan. Dame tu conocimiento divino para convertirme en un instrumento ideal en todo lo que Tú me puedas encomendar y apoyarte en tus designios, porque yo sé cuan benevolente y capaz eres si sólo cumplimos los mandamientos de las sagradas Escrituras, y así vivir de acuerdo con ella.

Siempre te agradezco por tu poder, por tus regalos y por las recientes bendiciones que me has brindado ayer, hoy y las que recibiré en mi futuro, porque estoy seguro que nos bendecirás aún más. Ruego también por los que no tienen un trabajo estable y no disfrutan de buena salud, de paz y prosperidad. Llénalos Padre Amado Celestial con tu luz sanadora, en nombre de Jesús, por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Majestuoso y Venerado Santiago Apóstol! Las incertidumbres y la inseguridad nos acechan. Por eso hoy necesito que eleves al altar de nuestro amado Dios Padre Celestial mis suplicas, mis plegarias para poder desecharlas. Amadísimo Santiago Apóstol, tú estás consciente de lo que hoy vivo y lo que llevo en lo más hondo de mi alma, debilidades espirituales que pueden afectar mi paz y mi normal desenvolvimiento ante la vida.

De igual forma, no desconoces lo que me atormenta y me preocupa en medio de esta crisis socio-económica. Temo por mi protección y la de mi familia completa. Tú sabes cuándo lloro, cuando rio, cuando estoy en medio de la soledad. Presérvame siempre sano amado Santiago Apóstol; protégeme y motívame a seguir luchando contigo a mi lado, pero nunca te alejes, acompáñame siempre.

Y, especialmente, no dejes nunca que las tentaciones me traicionen, porque te llevo siempre muy adentro y te necesito por siempre en mi existencia, en mi vida. No dejes de cobijarme con tu manto protector, especialmente a mi familia, a mi hogar, mi empleo, mis sueños, mis planes e intenciones y a toda la gente que me ama. La protección que te imploro, extiéndela a todos tus hijos, por los siglos de los siglos. Amén.

¡Sempiterno y por siempre glorificado Santiago Apóstol! Tú eres uno de nuestros guías más venerado. Por eso te ruego que protejas a nuestros líderes comunitarios, a nuestros gobernantes y a todo aquel que pretenda orientar la vida de los ciudadanos en aras de un mejor vivir.

¡Oh Glorioso y Amado Santiago Apóstol! Ante tantas calamidades y problemas de gobernanzas, hoy acudo ante ti para que intercedas ante nuestro Dios Padre Celestial, y por medio de tu amado hijo, le pidas sabiduría y entereza para que bendiga a nuestros líderes, presidente, gobernadores y alcaldes.

Aquí en la tierra son ellos los conductores materiales. Te pido con esta plegaria que los colmes de responsabilidades y paciencia ante tantas desavenencias, porque todos estamos montados en sus buses, viajando en este trance y deseando ser bien servidos por su labor. Ampáralos Señor. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Bondadoso Santiago Apóstol! De ti siempre necesitamos tu protección y conducción. ¡Amado Dios Padre Celestial! Escucha las palabras de nuestro Santiago Apóstol, porque en el  transitar de nuestros senderos todos somos pasajeros.

De cierto te digo, que todos andamos de inmigrantes o peregrinos, tratando de cumplir nuestras metas en aras de alcanzar un mayor bienestar y nuestra felicidad. ¿Pero quién nos conduce hacia eso? Tu padre idolatrado, el Único y Verdadero Dios que lo puede hacer. Y a ti te agradecemos infinitamente.

En esta hora viene a mi mente, aquello que el maestro Jesucristo te recalcó, cuando les expresó que “Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos”. Por todo lo que nos has dado, solo nos queda darte las gracias, misericordioso y magnánimo Dios Padre Celestial.

Dame además amado Santiago Apóstol, a través de tu intersección, la voluntad de dirigir mi propia vida por los senderos del Señor y de motivar a otros a encontrar también la tan anhelada felicidad en el cumplimiento de tu gran mandato: que nos amemos los unos a los otros, como nos enseñaste. Por los siglos de los siglos. Amen.

¡Oh Glorioso Santiago Apóstol!, tú que fuiste miembro de la familia santa de los Apóstoles que siguieron a Jesús por tantos caminos y pueblos, Tu que con la ayuda y la Misericordia del Altísimo lograste ganar paz en la tierra y gloria en el cielo, hoy en esta breve súplica te imploro para que las ventas se incrementen en mi negocio.

¡Gran Discípulo de nuestro Señor Jesucristo! Tú que, aun siendo un humilde hombre, nunca dudaste en abandonar todo y seguiste los senderos del gran Maestro hasta el final de tu vida terrena; apiádate de mí Santiago Apóstol, y permite que la prosperidad en mis negocios se fortalezca, para beneplácito de mis finanzas y mi familia, que vive de ellas.

Amado Benefactor, tú que te inspiraste gracias al Espíritu Santo después de la Ascensión del gran Maestro Jesús a los cielos y proclamaste la Buena Nueva de su Palabra, siendo incluso perseguido por los enemigos asentados en Roma en contra de los seguidores del cristianismo. Apiádate de mí. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Santificado Santiago Apóstol!, Hoy, inspirado en tus milagros y predicas, te imploro con mi corazón abierto que intercedas por mí y le supliques al Dios Padre Amado que todo lo puede que me apoye y me ayude en las ventas de mi negocio (decir el nombre del negocio que se tiene o se desea emprender).

¡Bendecido Santiago Apóstol! Por toda la bondad y la misericordia que siempre demostraste después de aceptar a Jesús en aquel camino donde la gloria del Dios Padre te deslumbró, hoy yo coloco toda mi fe en ti, pongo mis esperanzas e ilusiones en tus manos y confío ciegamente en la hermosa misericordia del Señor, para que se multipliquen las ventas y fructifiquen pronto todas las inversiones que he realizado.

Auxíliame Amado Santiago Apóstol a superar esta crisis económica y concédeme la alegría de ver aumentar las ventas de mi humilde, lícito y reputado negocio ante toda la colectividad. No me desampares, porque sabes bien que de ello depende la estabilidad emocional de toda mi familia y la mía propia. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Milagroso Santiago Apóstol! tú que con la ayuda y la Misericordia del Altísimo lograste ganar paz en la tierra y gloria en el cielo, hoy en esta breve suplica te imploro para poder vender mi carro, lo más pronto posible.

¡Oh Magnánimo y Bendito Discípulo! Tú que, aun siendo un simple y humilde seguir de Jesús,  nunca dudaste en abandonar todo y seguiste los senderos del gran Maestro hasta el final de tu vida terrena; apiádate de mí Santiago Apóstol, y permíteme vender mi carro para que la prosperidad se fortalezca, para beneplácito de mis finanzas y mi familia, que vive de ellas.

Estimado Benefactor, tú que proclamaste la Buena Nueva de su Palabra, siendo incluso perseguido por los enemigos asentados en Roma en contra de los seguidores del cristianismo, hoy inspirado te imploro que intercedas por mi ante el Dios Padre Amado y me ayude a (decir lo que se desea vender).

Por toda la misericordia y piedad demostrada después que aceptaste a Jesús en aquel instante de tu vida donde la gloria del Dios Padre te deslumbró, ¡Amantísimo Santiago Apóstol!, Hoy colocó toda mi fe y mis esperanzas en tus manos y confío ciegamente en la hermosa misericordia del Señor, para que se concrete esta venta tan deseada.

Ayúdame siempre ¡Oh Amantísimo Santiago Apóstol! con la venta lícita de mi carro y así poder superar esta crisis económica y concédeme la prosperidad que tanto esperamos. No me desampares, porque sabes bien que de ello depende la estabilidad económica y emocional de toda mi familia y la mía propia. Amén.