Oraciones para Antes de Irnos a Dormir

¡Glorioso Dios Siempre Omnipotente! Siempre he pensado que lo primero que debemos hacer antes de irnos a dormir es agradecerle al Altísimo por sus miles bendiciones, por permitirme estar con vida y poder contemplar lo grandiosa que ha sido su creación.

Por ello, siempre que me dispongo a dormir, ya casi al final del día le oro profundamente en medio de la penumbra de mi cuarto con profundo amor y le alabo inmensamente, porque es un ser excepcional. Y al levantarme, me digo: “Aun estoy Vivo. Gracias Padre Amado por concederme esa dicha”.

¡Oh Magnánimo Dios Padre Creador de Toda la Grandeza del Universo! Glorificar tu nombre y tu magnifico poder debe ser una constante en nuestras vidas. El don de la vida, es la dadiva más valiosa y significativa que nos has podido ceder desde que creaste a Adam, nuestra raíz humana, aunque ya antes  se la habías sembrado a los animales, plantas, insectos, etc.

¡Amadísimo y Eminentísimo Dios Padre! Aún en mis sueños, siempre te ensalzo y exclamo a toda la tierra tu inmenso poder por permitirme el don de la vida, gracias a tu magnánima bondad y a tu gran poder.

Agradecido inmensamente estoy cada vez que vamos a dormir, por tantas dichas y privilegios con las que nos has bendecido durante todos los días vividos desde que vinimos a este mundo. Amén.

¡Bondadoso y Altísimo Señor!, Cuando me voy a dormir rememoro todo lo vivido en el día y reflexiono sobre los miedos e incertidumbres que me producen las calamidades en mi hogar. Pero también me aferro a tu poder y la inspiración nuevamente me colma por dentro. Y al despertarme, siento que estas a mi lado dándome fuerzas.

¡Oh Amado Altísimo! Tu Poder es la máxima representación del amor, y hoy lo declaro con profunda fe para que todos esos quebrantos huyan por completo de mi vida y nunca vuelvan a perjudicarme, pues todo está bajo tu protección, incluyendo a mi familia, que hoy te aclaman y te alaban con fervor.

¡Oh Padre Amigo y Redentor! Al anochecer, con toda seguridad, podré dormirme  y soñaré con un nuevo día, donde proclamaré al mundo tu desprendido poder, sin ningún hechizo que atente contra mis esperanzas, porque ya tu hijo Jesucristo nos ha emancipado al morir en la Cruz, y con su limpiadora sangre libertadora, he sido redimido de mis pecados y mis condenas.

¡Sacrosanto y Amado Dios, antes de irme a dormir te confieso que me siento complacido por devolverle la alegría y la motivación a mi espíritu, para poder aplastar cualquier malsano dominio, insolvencia, material y espiritual. Hoy me siento descansado de todo vínculo maligno que pueda aminorar mi espíritu y mi amor hacia tu grandeza.

¡Oh Benevolente Altísimo Amado!! Tú eres por siempre el único dueño de toda nuestra existencia y con la muerte y resurrección de tu hijo Jesús ha quedado sellado nuestro pacto contigo. Sé que vas resucitarme como lo hiciste con él, lleno de fuerza y energía. Por los siglos de los siglos. Amen.

¡Oh Grandioso Dios de los Dioses! Tú que eres omnipotente, hoy antes de irme a dormir clamaré a ti por las personas que ven truncada su prosperidad, frente a sus dificultades diarias que les agobian incansablemente.

Antes de que el sueño nos invada, permite que sanen las personas y que solo broten de sus bocas palabras alicientes, de vida, fortaleza, unión, solidaridad,  apoyo, compasión y aliento; ¡Oh Mi Señor Omnipotente! Pero haz que sean palabras para desterrar todo lo malo,  sobre todo la envidia y las malas intenciones que los desconcierte.

Que no sean palabras de maldiciones; gracias a todo tu resplandeciente poderío, y así expresarnos en tu nombre enalteciendo nuestras riquezas espirituales y materiales, a todo aquel que las quiera escuchar.

¡Dios Padre Misericordioso! Antes de que muera el día, glorificaré tu poder celestial, tu fuerza espiritual de amor y tu sabiduría, con la que huye de mi la desesperanza y se calman mis ansiedades. Glorifico ante tu magnanimidad mis manos abiertas para sentirnos dichosos por tus favores cumplidos. Amen.

¡Oh Mi Dios Siempre Eterno! Antes de irnos a dormir siempre reflexionamos sobre la situación que hoy padecemos. Cada instante que transcurre nuestra vida se vuelve más complicada de sobrellevar.

Por eso cuando ya casi anochece, recurro a tu gran bondad para que me permitas saldar nuestras obligaciones económicas que no nos dejan descansar ni vivir con santa paz.

¡Magnifico Creador del Universo! Conviérteme en un hombre ahorrativo, enséñame a controlar mis gastos e invertirlos prioritariamente. Estoy seguro que con tu grandioso poder brotará una cosecha de bendiciones para todos nosotros y todos estaremos con las manos abiertas para poder recibir tus bendiciones y solventar nuestros inconvenientes financieros.

¡Bondadoso Dios Padre, ante de irme a dormir, solo me queda expresarte: “Infinitas gracias Dios Padre Todopoderoso, por socorrerme y concederme lo que me das”. Ayúdame a confiar en ti y a mantener mi fe en tu misericordia; para que los compromisos desaparezcan para siempre. Amen.

¡Misericordioso Dios Padre Amado! Antes de irme a dormir quiero agradecerte por la preservación de la vida en nuestro planeta, que está siendo fuertemente atacado por los demonios de Satanás.

Mi espíritu vivificante se regocija cuando extasiado contemplo y me deleito con la majestuosidad de tu creación; cuando salgo a cumplir con mis diligencias habituales. Al caminar pacientemente, la complacencia es inexpresable.

El extraordinario espectáculo de la vida por tanta belleza, puesta de manifiesto me hipnotiza y me embriaga con la diversidad y hermosura de la naturaleza. Toda esa magia, tiene una sola ilustración: tu maravilloso poder, que hizo posible toda tu bella creación…

¡Oh Grandioso Dios Padre! Por eso antes de irme a dormir y mi cuerpo se desvanezca por el cansancio, glorifico tu magia en mis andanzas, aunque la tristeza a veces me cubra por tanta irresponsabilidad humana, a quienes valoran tu poder y se imponen con sus perversidades, con su inconciencia frente al amor por la naturaleza.

¡Bendito Padre siempre Amado! Tú, que eres el amor en su máximo esplendor, que ofrendaste a tu hijo Jesucristo por nosotros, perdónalos, pues desconocen la auténtica nobleza y el valor de tu santificado poder, puesto de manifiesto en la esencia que derrama la belleza de nuestro planeta tierra. Por los siglos de los siglos. Amen.