Por medio de estos Versículos bíblicos para tener matrimonios fuertes y saludables, podemos entender que hoy en día la palabra “Matrimonio” ya no tiene el mismo valor que antes. Es muy común oír que el matrimonio de fulano “ya no funciona porque viven separados” o porque “se están divorciando”, lo que a la larga se vuelve muy normal.
Son diversas las causas que provocan la separación matrimonial. Varían según la situación de cada relación. En esta ocasión ahondaremos en algunos principios que nos ayudaran a fortalecer nuestros matrimonios.
Versículos bíblicos para tener Matrimonios Fuertes y Saludables
Entre los Versículos bíblicos para tener matrimonios fuertes y saludables, podemos hallar la verdad que tanto necesitamos para resolver nuestras dudas, especialmente cuando se trata de nuestros matrimonios. A continuación, reflexionamos sobre esos motivos que inciden en el fortalecimiento del matrimonio, desde la mirada cristiana.
UNIDAD
Mateo 19:5-6 (Reina-Valera 1960) 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Cuando Mateo nos hace referencia al “hombre” nos habla de un ser humano justo, leal y respetuoso de las leyes y los mandamientos, donde se le ordena a no ser infiel, tal y como nuestro Dios Padre se lo ordena en el Mandamiento No. 7 “No cometerás adulterio”. Este es el principio de la verdadera Unidad.
Todo hombre, al desear conformar un hogar con su amada, deberá alejarse de la casa de sus padres y constituir la suya. Eso no significa que mañana no sea bien recibido en casa de sus padres. Pero eso nos demuestra su responsabilidad como “hombre”.
Cuando nuestro Dios Padre bendice la unión de dos personas, significa que serán una sola carne si es consumado sexualmente y a su vez nos recuerda que esa Unidad queda encarnada en cada hijo o hija procreada. Estos Versículos bíblicos para tener matrimonios fuertes y saludables así lo demuestran.
ENTREGA
Efesios 5:24-25 (Reina-Valera 1960) 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.
Cuando se habla entre dos personas que han contraído matrimonio, se habla de una Entrega, pero esta entrega ante los ojos de nuestro Dios Padre es una entrega incondicional. Así, no solo las mujeres, también los hombres deben entregarse a sus mujeres o esposas, como lo hizo Jesucristo, entregándose a sus fieles y seguidores, que representaban a su Iglesia, donde la entrega se traducía en acciones de bondad y misericordia hacia nuestro prójimo,
UNO PARA EL OTRO
2 Corintios 11:3-4 (Reina-Valera 1960) 3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis.
Cuando se habla de la entrega en el matrimonio, no se hace referencia a una sola persona. No solo es la mujer la que se entrega. Tanto hombre como mujer lo hacen. De allí que dicha entrega es de “uno para el otro” y viceversa. Si esta relación no se da así, la maliciosa serpiente, siempre estará tratando de engañar a la pareja, como lo hizo con Eva y Adán.
De lograrlo, la pareja o matrimonio verá sus sentidos extraviados, y sin confianza alguna, interpretará cosas que no son, poniendo en peligro la unión entre ambos y dejarán de serle fiel a nuestro Señor Jesucristo, por culpa de terceros, que pueden predicar o darnos enseñanzas erradas, diferentes a las dada por el verdadero Cristo.
HONRAR
1 Pedro 3:7. (Reina-Valera 1960) 7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
La honra se construye con respeto y en una relación matrimonial este respeto también es mutuo. Pero corresponde al hombre brindarle a la mujer un respeto aun mayor, por cuanto, a la igual que María la Virgen, es la portadora de la vida. Su fragilidad ante los hombres es algo incuestionable y además son, como lo dice este versículo, “coherederas” de la gracia de la vida.
Y son “coherederas”, porque la simiente del hombre también está presente en cada embarazo. De allí la necesidad, demandado por nuestro Dios Padre, de vivir “sabiamente”, valorando a la mujer como la madre de nuestros hijos e hijas.
FIDELIDAD
Hebreos 13:4 (Reina-Valera 1960) 4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
En estos tiempos tan revoltosos y de tanta carga informativa virtual, no es fácil mantener un matrimonio honroso; pero no es imposible. Si hay respeto, si se es obediente y se le teme a nuestro Dios Padre porque hay un amor verdadero, el mismo fluye. Llegar vírgenes, tanto el hombre como la mujer, al lecho nupcial es el ideal cristiano.
Sabemos que esto tampoco es nada fácil, en el caso del hombre, pero no hay que olvidar que nuestro Dios Padre aborrece a los fornicadores y a los adúlteros, a quienes juzgará en el juicio final.
RESISTENCIA
Eclesiastés 4:9-12 (Reina-Valera 1960) Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
Siempre se ha dicho que la “Unión está la Fuerza”. Y en el caso del matrimonio, dos son necesarios. Y si uno de los dos cae, o se pretende rendir, habrá uno que estimule, que incentive a seguir. Porque si se está solo en el matrimonio y no hay quien te ayude o te apoye, el trabajo en el hogar será más pesado.
Lo mismo suele ocurrir si uno de los dos duerme solo. ¿Con quién se calientan o se dan calor? A su vez, dos que se aman y se apoyan pueden resistir a un tercero, pero si nos aferramos a nuestro Dios Padre y a Jesucristo su hijo amado, ese lazo es mucho más fuerte y no es fácil desatar. De allí que la palabra clave es Resistencia en el matrimonio, contando con la bendición de Dios.
NO TE RINDAS
1 Corintios 13:7 (Reina-Valera 1960) Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta
Un matrimonio bendecido por nuestro Dios Padre, con dos personas temerosas y que confían en nuestro Dios Padre, es capaz de resistir todo. Queda de parte de sus miembros, no rendirse ante nada ni nadie.
Pase lo que pase, nuestro Dios Padre y Jesucristo nuestro Señor, sabrán guiarlos por el camino del bien, pero aquí la fe y la esperanza, aunado a la paciencia, son elementos primordiales para triunfar y salir adelante en el matrimonio.
PERDÓNENSE
Efesios 4:32 (Reina-Valera 1960) 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Errores en el matrimonio podemos cometer todos, y podemos perdonarnos, siempre y cuando esos errores no pongan en entredicho y no interfieran en la felicidad plena de toda la familia. Errar es de humano, pero perdonar también lo es, y más si tomamos como ejemplo a nuestro Dios Padre, que nos perdonó a todos con el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo.
PACIENCIA
1 Corintios 13:4 (Reina-Valera 1960) 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece.
Primera de Corintio nos regala en este versículo una buena descripción del amor. No representa el sufrimiento. Nadie tiene porque sufrir. Hay que ser bondadosos. Tampoco la envidia es propia de las personas que aman. No hay nada que envidiar. Solo hay que agradecer, motivar y entregarse a la otra persona.
Por ello es tan importante, más que la Paciencia, la Comunicación en una relación matrimonial, donde dos cabezas piensan y sienten diferentes. Algunas veces oímos decir a las esposas o esposo que “la paciencia se agota”, y esto puede producirse, pero mientras dialogamos e intercambiamos nuestros puntos de opinión, la paciencia es más duradera.
Un matrimonio fuerte y saludable debe encomendarse a Dios
Ciertamente, si nos encomendamos a nuestro Dios Padre y ponemos nuestro matrimonio en las manos de nuestro Señor Jesucristo, desde el reino celestial llegarán las sabias palabras que nos darán entendimiento y sabiduría para encaminarlo por el camino del bien. Solo así podrá vencer a los enemigos del amor y la paz familiar.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Versículos Bíblicos Para Tener Matrimonios Fuertes y Saludables puedes visitar la categoría Versículos.
También te puede interesar: