Oraciones De Agradecimiento A Dios

Agradecerte todos los días debe ser una constante en la vida de cada uno de tus hijos. El don de la vida es la dadiva mas hermosa y significativa que tu nos has obsequiado, desde aquel día en que te dignaste a darle aliento de vida, no solo a los animales, plantas, insectos, etc., sino también a nuestra raíz humana.

¡Grandioso Padre Amado! Siempre estaré agradecido por concederme el derecho a nacer y vivir. A tu magnánima misericordia debemos agradecer por todos los dones y privilegios que nos has otorgado para valorarla y disfrutarla.  Amén.

¡Oh sagrado Dios Padre mío, magnifico protector de mis andanzas! Y, sin embargo, a veces me da mucha tristeza cuando vemos a los hombres y mujeres despreciar el valor de la vida, cuando la insensatez, la envidia, la inconciencia, la injusticia y otros males, se imponen ante el amor.

Tu, que eres puro amor, que sacrificaste a tu amado hijo Jesús por nosotros, perdónalos padre amado.  Tú, magnificado y glorioso Padre Omnipotente, que nos distes su vida a través de su muerte, solo tú eres conocedor de la verdadera esencia de la vida. Amén.

A veces, siento desfallecer en esta vida, pero Tú, Padre precursor y dador de vida, ¿cómo olvidarme de eso si estoy aquí y existo por tu hermosa benevolencia? ¿Cómo negar tu existencia y tu infinita pasión hacia nosotros si nos creaste a tu imagen y semejanza? ¿Cómo no agradecerte, si por ti mi alma se remueve ante tu presencia y mi corazón late profundamente cuando te oro, cuando te pienso, cuando te imagino a mi lado guiando mis pasos?

Son tantas las cosas por la que hay que agradecerte en esta vida, pero sin esta existencia ¿Cómo no agradecerte? Porque sólo tu eres al Unico que debemos adorar, agradecer y rendirle tributos por tanto que nos has dado en esta vida. Amén.

Por la gloria y la magnificencia de tu espíritu, que esta dotado del amor más grande y puro, solo te pido que me reconfortes y me colmes de miles de bendiciones en esta vida que llevo en medio de mi cotidianidad. Porque cuando pecamos, cuando humillamos y le hacemos daños al prójimo, estamos matando la vida, como lo hizo Eva en el jardín del Edén.

Hoy, Padre amantísimo y Precursor de la vida, te agradezco por todo lo que me has concedido sin miramientos. Te agradezco por mis hermanos, por mi amada compañera, por mi hijos y nietos. También te agradezco por mi trabajo, por mis humildes posesiones materiales y ofrecerme todos los días una mañana y un atardecer para invocarte y alabarte ante el mundo. Amén.

¡Dichoso aquel que sabe lo que es amar y sabe valorar la vida, sin olvidarse ni despreciar tu inconmensurable bondad! ¡Bienaventurado los que han vivido y han experimentado tu presencia espiritual! Solo aquel que lo ha vivido puede sentir el mas profundo agradecimiento hacia ti, Padre Amado.

No quiero dejar pasar por alto mi agradecimiento hacia ti por la fortuna indescriptible de haber encontrado el amor en mi amada esposa, a la que siempre se ha mantenido a mi lado, todo ello a pesar de mis errores, fallas y pecados.

Los días alegres, los éxitos en el trabajo, las amistades valiosas con las que cuento, también quiero agradecértelos, porque han formado parte de mi existencia terrenal y me han hecho sentir el ser humano mas feliz que haya existido en esta planicie mundana. Amén.

Por tus bien recibidas bendiciones, gracias Padre por cada momento de mi vida, por cada sueño que me obsequias y por cada bendición que me das. Gracias por mi sinigual familia y por la gente que me ama y me aprecia con sus afectos.

Padre Misericordioso y Único Dador de vida, en tus manos omnipotentes y sanadoras pongo mis preocupaciones y problemas. En tu profunda sabiduría dejo mis planes y objetivos, En tu amor magnificado, asiento mi vida y la de mis seres queridos. Confió en ti enteramente. Amén.

También conoces lo que me preocupa, lo que ahora siento, lo que pienso, lo que necesito y lo que añoro. Tú sabes cuándo sollozo, cuando rio, cuando estoy en medio de la soledad. Cuídame, salvaguárdame, anímame a seguir luchando y acompáñame siempre.

Pero por sobre todas las cosas, te agradezco que perdones mis pecados, porque te amo y te necesito en mi vida para siempre. Cobija con tu manto a mi familia, a mi hogar, mi empleo, mis sueños, mis planes e intenciones y a toda la gente que me ama. Dame y dales salud a todos ellos. Amén.