Oraciones Para Pedir Tranquilidad

¡Excelentísimo y Amado Dios Padre! Todos los días me levanto con una necesidad inmensa de ser feliz y de iniciar cada mañana con una actitud y una aptitud bien optimista, que a más de uno le llama la atención por mis ganas de congraciarme contigo, con mis padres, con mis familiares y mis amigos.

Siento muy adentro que esta felicidad no es normal, pues a pesar de los problemas, de las calamidades, de las necesidades, de las angustias, etc., yo mantengo en mi espíritu un equilibrio y una paz increíble, y tu Padre Amado, eres quien me infunde tantas ganas de vivir y de aprehender todo lo hermoso de esta existencia terrenal.

¡Oh Grandioso Benefactor Dios Padre! Si de verdad esto es haber llegado a la locura, entonces te agradezco por concedérmela con creces y de esta manera tan agradable, pues magnifican mis pasos por este mundo, donde tu sagrada magnificencia me ha tocado dándome la tan ansiada tranquilidad en mi hogar. Y, sin embargo, muchos se quejan y despotrican hasta del aire que respiran.

Mantén siempre así mi hogar, porque esta inmensa tranquilidad se refleja en mi constante alegría, en lo proactivo, lo asertivo y lo dispuesto que estoy a cualquier hora para dar lo mejor de mi en todo lo que me pidan, sobre todo para exaltar tu santo nombre y tu gloria. Amén.

¡Amadísimo Dios Misericordioso! Gracias por dejarme vivir. En las mañanas, cuando abro mis ojos al despertar, inicio el día con una sencilla plegaria para darte las gracias por todo. Ya eso para mí es suficiente para tranquilizarme en esta vida ante tantas adversidades que atentan contra nosotros mismos, con los animales, las plantas, los insectos, etc.

Desde nuestra raíz humana, vertida en Adam, siempre estaremos agradecidos. Por tu magnánima misericordia debemos estar tranquilos y confiar en tu palabra y en tus promesas, así como en sus dones y privilegios que nos has otorgado para valorarla y disfrutarla, que nos han hecho sentir confiados y tranquilos. Amen.

¡Siempre Amado Padre Bendito! Hoy quiero darte las infinitas gracias por todo lo que me has dado y pedirte que me des tranquilidad ante tantas adversidades y calamidades que se han presentado en estos últimos días en que la crisis económica se ha incrementado sin compasión.

Aun así, y a pesas de esos infortunios, no puedo dejar de agradecerte por mantenerme vivo y poder contemplar tanta belleza junta entre la naturaleza. La algarabía y la satisfacción es inconmensurable cuando siento la suave brisa, la llama ardiente de nuestro astro Sol, cuando bajo la luz de la luna, pienso en ti y en toda tu esplendorosa creación…

¡Oh Sacrosanto Amado Dios Padre, Protector de mis andanzas! Bien sabes Amado Dios padre que tu magnifica e incomparable creación terrenal, me alienta a seguir valorando todo lo que encierra la vida, todo lo positivo de nuestra existencialidad en la que se impone tu esencia espiritual: el amor.

Tú Amadísimo y Benevolente Dios de todos los Dioses, que eres amor eterno y espiritual, que sacrificaste la vida de tu amado hijo Jesús por nosotros, perdónalos Padre Amado.  Tú, magnificado y Glorioso Dios Padre, que nos distes su vida a través de su muerte, solo tú eres conocedor de la verdadera esencia de la vida y eso me tranquiliza para siempre. Amén.

¡Benevolente Dios Padre! En este instante necesito tener tranquilidad y solo con este clamor lo puedo lograr, al aferrarme a tu misericordia para que nuestros hijos puedan postrarse ante tus pies, limpios y confiados en tu poder y tu grandeza.

Padre adorado, en tus manos puedo encomendar a mis hijos, pues tú los alejas de las drogas, del licor, de las sectas satánicas, de la delincuencia y de todo lo malo que abunda en las calles. Te pido tranquilidad en mi alma  para dormir y despertar sin sobresaltos ni angustias. Saber que me los cuidas, ya eso me tranquiliza.

Ahora que la crisis social y económica se ha hecho más fuerte, los peligros acechan por doquier. Por eso no me los descuides. Sabes que ellos son la semilla del mañana, del futuro nuevo; la esperanza de una humanidad que cultive una mayor calidad humana.

¡Por ti Dios Padre Misericordioso! nos podemos sentir tranquilos al pensar en nuestros hijos! Estoy seguro y convencido de que tú los resguardas como resguardarte de la muerte a tu hijo Jesús, pero nosotros como padres también tenemos el deber de orientarlos y protegerlos frente a un televisor, una computadora o los video-juegos.

Bendito Dios Misericordiosos y Amado. Mi conciencia siempre está tranquila al saber que tú proteges a mis hijos de cualquier violación a su intimidad, pues han recibido una formación adecuada sobre la sexualidad y tu presencia y tus enseñanzas están consolidadas en ellos, gracias a tu amor y el cariño de sus padres.

Sabes muy bien, que nuestra tranquilidad y la seguridad de nuestros hijos la ponemos en tus manos milagrosas, para que les brindes todo tu amor y tus enseñanzas y sus almas se transformen y alcancen su bienestar y felicidad. Amén.

¡Bendecido Padre Amado! Para tener tranquilidad, quiero pedirte mediante esta plegaria que le des protección a todos los emigrantes del mundo, quienes estoy seguro que en medio de sus tristezas y tribulaciones se inclinan ante tus pies donde se hallen para alabarte y pedirte tu protección.

Ampáralos a todos los que decidieron partir para buscar mejor calidad de vida en otros países, que el nuestro no les puede ofrecer. Hazle saber que tú eres indispensable para ellos, y permite que en sus senderos la tranquilidad los acompañes y se encuentren con buenas personas que los acojan y les brinden lo necesario, para que vivan con dignidad y respecto ante ti.

Hoy te suplicamos con sincera fe que le concedas a todos los emigrantes del mundo que transitan por esas calles solitarias la tranquilidad que tanto desean. No los dejes solos por donde transiten. Padre Amantísimo, ponte a su lado y acompáñalos para que los guíes en tu nombre. Bendícelos y acompáñalos por su felicidad y la de los suyos.  Amén.

¡Oh Grandísimo Dios del Universo! Hoy me he despertado tranquilo, confiando en tu poder y pensando en tu gran obra y en tus dones. Por eso quiero clamarle a tu magnánimo poder para que me le concedas la necesaria tranquilidad a todas aquellas personas que sufren quebrantos de salud.

Bien Amado Dios Padre, infúndeme energía amorosa para ofrecerle a cada persona mis palabras de amor y bondad y permitir por su tranquilidad que de mi boca solo broten palabras de vida, de aliento, más no de muerte, para que te bendigan y se expresen en tu nombre por las riquezas espirituales y materiales que han logrado aquellos que nos escuchan.

Por eso, una vez más Dios Padre, en esta búsqueda de la tranquilidad, anhelamos el reencuentro contigo para que aniquiles la desesperación y angustia de las personas enfermas, que no cuentan con la salud deseada, ante estos males que hoy nos agobian a todos.

Con esta plegaria enaltecemos tu nombre y clamamos por tu energía espiritual de amor y sabiduría para colmarnos de salud, proclamando a los cuatro vientos la grandeza de tu piedad, con la que nos sentimos dichosos y tranquilos por tus favores cumplidos. Amén.

¡Eterno Dios Todopoderoso! Convencido estoy que para lograr hoy la tranquilidad no hay nada mejor que alabar tu santo nombre e invocar tu inmenso poder para ser próspero y saldar todas las deudas y compromisos que tanto nos agobian en estos tiempos de crisis.

Hoy lo decreto, y decreto todo esto a pesar de que cada día que pasa vemos que la situación se vuelve más complicada y difícil de aguantar. Amado Diseñador de todo el Universo, todas las crisis te enseñan, te dejan aprendizajes, pero hay que asumirlas con sensatez, con tranquilidad, con serenidad.

Guíanos en el control de nuestros gastos y prioridades en el hogar, pues estamos seguro que eso lo podemos controlar para bien de todos. Al cielo elevo mis suplicas, deseando recibir nuevas bendiciones, que has preparado para llenarme de la prosperidad que necesito para ser feliz.

Solamente me queda Dios Padre Amado, darte las infinitas gracias por siempre socorrernos y darnos la tranquilidad para ser feliz, con la fe puesta en tu misericordioso poder eterno; para que la prosperidad se haga presente desde hoy y para siempre. Amén.