La alabanza como acción para exaltar la grandeza de nuestro Dios Padre es la manera certera de sincronizarnos con Él, siendo además un buen complemento de reconocimiento en nuestras oraciones y reflexiones diarias. Teniendo todo esto claro, en esta sección te ofrecemos estos Versículos Bíblicos de Alabanza, los cuales puedes incluir en tus lecturas y usar para tus oraciones.
Hay que tener bien claro que la alabanza actúa como un canal, que nos permite poner a nuestro Dios Padre como el ser que nos motiva, nos ayuda, nos reconforta y nos alivia de nuestras dolencias físicas y espirituales, como cuando nos cantaban una canción de cuna o nos contaban un cuento para dormir tranquilos cuando éramos niños cuando alabamos a nuestro Dios Padre podemos sentir como nos derrama su inmenso amor y nos fortifica, dándonos un arma infalible para resguardarnos de nuestra esencia pecaminosa del mundo y del enemigo.
Versículos Bíblicos de Alabanza
Apocalipsis 5:13
“Y escuché a cuanta criatura existe en el cielo y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: “¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!”
En estos Versículos Bíblicos de Agradecimiento, la fe y la esperanza son como categorías irrenunciables; pero la alabanza, la honra, y por supuesto, el dar las gracias infinitas, que no se puede pasar por alto, se constituyen en acciones que, tanto a Dios como a su hijo crucificado, que es el cordero sagrado, les complace cuando alaban con sus cánticos su nombre.
Salmo 100:4-5
“Ingresen por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre. Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.”
Dándole siempre las gracias a nuestro Dios Padre, pero con alegría, con cantos de alabanzas y fe. Así debemos hacerlo todos los días para entrar por la puerta de su corazón y montarnos en sus galeras para cantarles himnos de agradecimiento por el amor eterno que nos da y nunca se cansa, porque su fidelidad hacia nosotros es permanente y lo hace con mucho amor.
1 Crónicas 29:12-13
“De ti provienen la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo. En tus manos están la fuerza y el poder, y eres tú quien engrandece y nos fortalece a todos. Dios nuestro, te agradecemos siempre y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas.”
¡Como no agradecerle, si de Él proceden la riqueza y el honor de ser su hijo! Saber que tú tienes el dominio de controlar todo, me hace sentirme confiado. Tu poder omnipotente y tu fuerza y energía espiritual, nos bañan con su amor tan sinigual.
Siempre te agradeceremos y te alabaremos porque tú Oh Dios Padre Amantísimo nos engrandece con tanto amor y nos das fortaleza para seguir luchando por nuestro bienestar y el bienestar de los otros.
Isaías 25:1
“Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza.”
Pero no solo hay que alabar a nuestro Dios Padre porque ha hecho maravillas, sino también por todo lo que nos ha otorgado para ser felices y encontrar la paz y la armonía que nuestros corazones necesitan. Alabarlo es retribuirle todo eso y más.
Salmos 150:6
“¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Todo lo que respira en la tierra tiene la gracia de haber sido creado por nuestro Dios Padre. ¿Cómo no alabarle? Si por su omnipotencia y misericordia disfrutamos de todas sus creaciones.
1 Crónicas 16:34
“¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!”.
A nuestro Dios Padre le gusta que lo alaben y le obsequien ofrendas de amor, como reconocimiento a tu grandeza y a su bondad, repleta de un amor puro y sagrado que nunca se termina. Por generaciones nos lo ha demostrado, con una paciencia que resalta entre sus hijos amados.
Por eso, nunca debemos cansarnos de adorarle y obedecerle siempre, para que nuestros corazones también se nutran de sus bendiciones.
Salmos 71:8
“Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza.”
Así debemos hacerlo siempre. Alabar su nombre todo el día y proclamar su poder, su grandeza, a donde quiera que vayamos. Que de nuestras bocas solo broten palabras de adoración a toda hora. De esta manera, nuestro Dios Padre misericordioso se sentirá halagado en demasía y nos bañará con sus bendiciones.
2 Corintios 1:3-4
“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.”
Son hermosos estos Versículos Bíblicos de Alabanzas a nuestro Dios Padre, especialmente este pasaje de 2 Corintios 1:3-4, donde entendemos la relación que existe entre la alabanza, la consolación que Él nos proporciona y el consuelo que nosotros podemos ofrecerlos a quienes lo necesitan por sus sufrimientos.
Es un lazo especial, porque Él también nos consuela de las múltiples amarguras y sinsabores que a diario nos afectan, lo que se convierte como en un aprendizaje que puede ser aplicado al prójimo.
Mateo 6:2
“Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.”
Ofrendar a alguien también es darle una alabanza a nuestro Dios Padre. Y quien lo haga recibirá toda su recompensa, mas no están edificando su salvación, si se ufanan en extremo e hipócritamente cuando ofrendamos a los más pobres y necesitados para que nos magnifiquen por vanidosos, pues con esta actitud no podríamos entrar al reino de Dios y nuestras dadivas serian falsas. Si de verdad eres sincero y nuestro Dios Padre está en tu corazón, cuando te nazca regalar algo, hazlo con humildad y sin esperar nada a cambio. Solo la recompensa de nuestro Dios Padre.
Salmos 68:4-5
“Canten a Dios, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por las estepas, y regocíjense en su presencia. ¡Su nombre es el Señor! Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su morada santa.”
El cantar y aclamar también es una forma de alabanza hacia nuestro Dios Padre, cuya presencia está en cualquier rincón del planeta. Por eso siempre debemos alegrarnos y alabarle dondequiera que estemos, pues cualquier lugar es bueno para alabarle y agradecerle por todas sus dadivas.
Daniel 4:37
“Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios.”
En este pasaje de Versículos Bíblicos de Alabanza, Daniel nos expone, el momento en que el Rey Nabucodonosor se vio animado a alabar y a glorificar a nuestro Dios Padre por todas las pruebas irrefutables que había presenciado, llegando a reconocerlo incluso como el Rey del Cielo, recto y justo, capaz de humillar a los soberbios de corazón.
Daniel 2:23
“A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias. Me has dado sabiduría y poder, me has dado a conocer lo que te pedimos, ¡me has dado a conocer el sueño del rey!”
Daniel alaba al Dios Padre por todo lo que le ha dado, sabiduría y poder, incluso le concedió el don de interpretarle los sueños al Rey Nabucodonosor, quien en más de una ocasión puso en peligro su vida; pero Daniel resistió con valentía porque nuestro Dios Padre estaba con él, quien nunca dejaba de alabarlo.
Apocalipsis 5:13
“Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: ¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!”
Juan el Discípulo desterrado en la isla griega de Patmos, y autor del libro de Apocalipsis o Revelaciones nos confirma y ratifica a los únicos que debemos alabar por su poder, su gloria: a nuestro Dios Padre y al Cordero, a Jesucristo, que fue inmolado en la cruz para salvación de todos nosotros.
Isaías 12:4
«En aquel día se dirá: Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre.»
Proclamar y alabar al Señor Dios Padre e invocar su nombre, cuando cada uno de nosotros vayamos a evangelizar, a predicar su obra, para que todo aquel que la conozca y lo como su Dios, pueda salvarse y librarse del pecado, por medio de su hijo amado Jesús.
Mateo 21:9
Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba: ¡Hosanna al Hijo de David!¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
Manifestación de alabanza hacia nuestro amado Jesús, que cumplió con la voluntad del Dios Padre y se entregó en sacrificio. En esa época, todos lo alababan como el hijo de David, pero también alababan al Dios Padre, cuando elevaban sus alabanzas al cielo.
Versículos Bíblicos de Alabanza: Reconociendo la gloria de Dios
A través de la lectura e interpretación de estos Versículos Bíblicos de Alabanzas, nos damos cuenta de la importancia y el valor que tiene el reconocimiento que todos debemos ofrendarle a nuestro Dios Padre, especialmente en estos tiempos tan difíciles de pandemia mundial y crisis económica.
En verdad, a nuestro Dios Padre Omnipotente se siente agradado cuando le alabamos y ofrendamos con nuestras acciones magnánimas hacia los más pobres y necesitados. Cantarle y Orarle también son formas alabanza y adoración, que le gustan. Si tus alabanzas las ofreces con amor y emanan de nuestros corazones, nuestro Dios Padre sabrá sorprenderte con una recompensa, con una bendición que va a nutrir aún más tu alma y tu corazón. su reino.
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