Oraciones Para las Noches Católicas

¡Glorioso Padre Protector Universal! Acudo a ti porque sabes que odio la oscuridad, sobre todo cuando cae la noche, la que se presta para muchas maldades. Tú que todo lo controlas y vigilas, no permitas que bajo ninguna circunstancia las fuerzas de mal en las noches silenciosas penetren y merodeen mi vida y mi hogar. Aléjalos por siempre de nuestra iglesia y préstanos luz para poder llegar a nuestros hogares.

No consientas ¡Oh Misericordioso y Protector Dios Padre! que los espíritus malignos de la noche interfieran en la alegría, la convivencia y tranquilidad que reina en nuestro humilde hogar. Junto a mi esposo(a) e hijos(as), los combato con mis Oraciones para las Noches y con la Santa Cruz, pero necesito de tu inconmensurable poder neutralizarlos.

Por las noches, ¡Padre Misericordioso y Amado! ampáranos siempre. Si me concedes esta petición poder dormir confiado y podré asegurarme de la estabilidad y seguridad de mi hogar, para bien de toda nuestra familia, que está consagrada por completo en cuerpo y alma a tu gloria y a tu voluntad. Por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Poderoso Dios Padre! Dicen que mientras más crisis económica, más delincuencia se desata por las noches en nuestros barrios o urbanizaciones. Por eso, Padre Amantísimo, cada vez que salgo del trabajo y cae la noche, pienso en el peligro que todos corremos. ¡Oh Padre Amado y Guardian de nuestras vidas y de nuestros bienes materiales! Eso es algo que siempre trastorna mi sagrada paz familiar.

Por ello, y sin pretender ser tan amantes de lo material, en esta noche católica invocamos tu sagrada benevolencia y poder, para que protejas nuestra integridad física cuando la noche nos arrope y alejes de nuestro hogar a todos malhechores, a quienes no les importa jugar con el dolor ajeno.

Mándalos bien lejos. Fortifica las cerraduras, las entradas de nuestros hogares. Oscurécele la mirada cuando nos vean o cuando transiten frente a nuestros hogares; que no encuentren el camino para llegar hasta ellos y atentar contra nuestras vidas, porque nosotros, Padre Amado, permanecemos como fieles católicos ante tu amor y espíritu bondadoso.

Cuídame por siempre en las noches católicas. No aceptes que ningún extraño nos alcances y pongan en peligro nuestra integridad física y la de nuestras familias. Bendícela Señor, te suplico que nos protejas siempre donde quiera que nos hallemos.  Y jamás obvies que en nuestros hogares está media parte de nuestra existencialidad, que ha sido fruto de mi esfuerzo. Por los siglos de los siglos Amén.

¡Diosito Amado! En las noches no dejo de pensar en mis hijos. Hoy te imploro por su protección, cuando transiten por esas calles solitarias, para que no vivan llenos de miedo y angustia.

Por diversas causas se han visto en la necesidad de trabajar por las noches, siendo incluso explotados de forma indiscriminada. Concédeles la dicha de no sufrir ningún percance. Ampáralos de cualquier violación a su intimidad, que no sean presas fáciles de esos demonios.

Asimismo, Padre Amado, no descuides en las noches a los hijos que crecen sin tus enseñanzas y quedan huérfanos de tu amor y el cariño de sus padres, frente a un TV, una computadora o un celular hasta altas horas de la noche, perturbando su salud mental tan joven.

Préstame atención Padre Santísimo, nuevamente imploro por mis hijos e hijas, y los de mis amigos, que son el futuro de cualquier país. Obséquiales sin temor todo el amor que puedas darle, todas tus enseñanzas, para que sus corazones y sus almas se transformen y alcancen su bienestar y felicidad.

Clamo hoy humildemente tu piedad para que todos puedan postrarse ante tus pies, limpios y confiados en tu poder y tu grandeza, sin que se nos pierdan en los caminos de las drogas y en la delincuencia. En nuestras noches católicas, no me los dejes desamparado, por los siglos de los siglos. Amén.

¡Amado Dios Padre! Nuestras noches católicas, no pueden obviar los miles de emigrantes que en tierras lejanas y llenos de incertidumbre deben enfrentar diferentes vicisitudes

¡Grandioso Padre Amado!, Tu que eres el Dios Omnipotente de todos los Dioses y tu amor es tu virtud más hermosa, hoy quiero alabarte y pedirte protección en esta noche católica mediante tu gloriosa misericordia para todos ellos. Muchos de ellos pueden ser nuestros hijos., que se han embarcado en esa aventura, buscando un mayor bienestar, que en nuestro país no lo pueden obtener.

Dámeles a todos la protección en nuestras noches católicas, especialmente en las largar noches frías. Resguárdalos Dios Amado, donde quiera que estén. Hazle saber que tú eres la luz indispensable que necesitan y permite que donde lleguen encuentren personas dadivosas que los acojan y les brinden afecto y generosidad, para que vivan con dignidad y respeto ante ti.

Padre Misericordioso, con sincera y perpetua fe, clamo a ti para que los protejas a todos. Y en las noches desesperanzadas, dámeles fuerzas, paciencia y dignidad por donde caminen. Confíale a su lado a Jesús para que los guie y ampare en tu nombre. Bendícelos y acompáñalos en nuestras noches católicas durante su titánico camino. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Jesús Redentor, Amado Hijo de nuestro Dios Padre! Cuando rezo en nuestras noches católicas, reflexiono sobre la crisis por la que estamos atravesando en este momento, y por momentos pienso que puede impactar en nuestros trabajos.

Estas razones me han motivado a orarte en las noches, y acudir a tu bendita misericordia y suplicarte por la protección de nuestros trabajos. ¡Santísimo Padre! No permitas que nos quedemos sin trabajo en esta hora, donde todo se ha puesto tan difícil y cada día la vida se nos hace más cuesta arriba. No lo permitas Señor. Protégenos como humildes trabajadores que somos.

Sabes bien, que desde allí generamos nuestros sustentos para poder cumplir con las demandas de nuestras familias. Aleja de mí y de todos nosotros esa calamidad. Hazlo por nuestros hijos, esposas(os), madres, hermanos y abuelos, que también necesitan de nuestro apoyo económico y espiritual.

Sagrado Señor, tuvimos en San Cayetano una santidad que fue proclamada nuestro Patrono y con él nos encomendamos y le pedimos que interfiera por nosotros ante tu sagrado reino celestial. Por tu infinita bondad, no nos abandones nunca en nuestras noches católicas. Por los siglos de los Siglos. Amén.

¡Oh Dios de los Dioses! Tú que eres la esperanza nuestra, préstales atención a mis plegarias de las noches católicas, clamadas antes de dormir a tu magnánimo poder para que me concedas la prosperidad que tanto deseo, ante las dificultades diarias que nos agobian sin cesar.

Justo antes de entrar al limbo del sueño, haz que con tu sagrada piedad se recuperen de las deudas las personas y permite que solo broten de sus bocas palabras de fortaleza y aliento. Oh Mi Señor Todopoderoso, pero haz que sean palabras para desterrar la muerte, la envidia, el odio, las malas intenciones y todo aquello que nos aturde.

Que sean palabras de bendiciones; gracias a todo tu resplandeciente poder, y así poder expresarnos en tu nombre exaltando nuestras riquezas espirituales y materiales, a todo aquel que las oiga. De nuevo enalteceré tu poder misericordioso y sabiduría, para sacar de mi la desesperación y calmar mis angustias. Elevo en estas noches católicas mis manos para poder sentirnos dichosos por tus favores cumplidos. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Dios Todopoderoso y siempre Eterno! En esta noche católica, quiero reflexionar sobre la situación de crisis que hoy vivimos. Cada día la vida se complica más y se nos hace más difícil de sobrellevar. Por eso en este instante cuando ya cae la noche, acudo a tu inmenso amor para que nos permitas saldar nuestras deudas y compromisos económicos y lograr dormir con más tranquilidad.

¡Gran Arquitecto del Universo! Hazme un hombre cauteloso, ahorrativo, enséñame a controlar mis gastos e invertirlos prioritariamente. Estoy convencido de que con tu inmenso una cosecha de bendiciones caerá sobre todos nosotros y allí estaremos con las manos abiertas para poder recibirlas y solventar nuestros problemas económicos.

Ante de que esta noche católica caiga, solo me queda decirte una sola cosa: “Gracias Dios Padre Omnipotente y Diseñador del Universo, infinitas gracias por socorrerme y por lo que me regalas”. Ayúdame a confiar en ti y a tener siempre puesta mi fe en tu misericordia; para que las deudas desaparezcan desde hoy. Por los siglos de los siglos. Amén.