Oraciones Para Mi Esposo

¡Amadísimo Dios Todopoderoso! Hoy deseo expresarte mi profundo agradecimiento por haberme bendecido con mi esposo, un ser por demás amoroso, responsable, solidario, servicial y atento, que en ningún momento nos ha desasistido y siempre ha estado pendiente de sus hijos y de mi en lo personal.

El don de la vida es la dadiva más hermosa que tú nos has obsequiado, pero compartirla con un hombre tan especial como mi esposo es lo más significativo que he podido vivir desde mi matrimonio hasta estos días. Por eso te pido que me le des la fuerza, el valor, el imputo y la motivación para seguir luchando por nuestros hijos y todos sus seres queridos, comportándose con tanta altura conyugal.

¡Grandísimo Padre Amado! A tu magnánima misericordia debo agradecerte todos los días porque sin mi esposo y sin tu ayuda, mi alma estaría deambulando en las tinieblas, sin valorarla ni disfrutarla. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Grandiosa Santa Bárbara!  A veces hay personas que tienen un carácter muy fuerte y no se doblegan ante nada ni nadie. Por eso hoy quiero rogarte que ablandes el corazón de mi esposo, que ha sido dominado por su orgullo y se aferra a sus convicciones machistas.

Acudo hoy a ti, porque conozco todos sus martirios y así como desalojas los rayos y truenos, te agradezco que intercedas y hagas entrar en razón a mi esposo y regrese a nuestro hogar, que clama por su presencia en estos momentos de angustias e incertidumbre.

¡Amada Santa Barbara! Hoy mi matrimonio vive en medio de una tempestad por culpa de la obstinación y el orgullo de mi esposo, por eso te ruego que suavices el corazón y todo el mal vivir que lo atormenta.

Te suplico Gloriosa Santa Bárbara, que mi esposo regrese a su hogar, que nos comuniquemos abiertamente y sanemos nuestras heridas, que vuelva manso como un cordero, para amarlo como siempre lo he amado, al lado de sus adorados hijos. ¡Que así sea! Por los siglos de los siglos. Amén.

Amadísima Santa Clara, ante ti vengo a rogarte para que me ayudes a recuperar a mi amado esposo, quien se ha ido del hogar, dejándome a mí y a mis hijos muy tristes. Mi corazón solo late por mi esposo. Atiende mi suplica Santa Protectora en estos momentos difíciles. Intercede por mi ante el Señor Jesucristo para recuperar el corazón de (se dice el nombre).

Haz que regrese a su hogar nuevamente. Y si de verdad no conviene su regreso, haz que mi corazón lo entienda y lo acepte; libéralo de la rabia y el rencor que hoy anida en su alma, que no exista congoja y que lo que suceda sea por mi bien.

¡Milagrosa Santa Clara de Asís!, te imploro que me ayudes con nuestra relación matrimonial y alejes los problemas que nos aquejan. Con tu poderosa mediación, busca que se solventen nuestros problemas conyugales, para que se avive por siempre nuestro amor. Escucha mis súplicas y concédeme este favor. Amén.

¡Bondadoso Dios Padre! Hoy clamo humildemente a tu misericordia para que todos los esposos puedan postrarse ante tus pies, confiados en tu poder y tu grandeza, sin que desvíen el camino hacia su hogar ni la delincuencia los ataque. No me lo dejes solo, ahora que la crisis social y económica se hace más fuerte.

¡Te Suplico Padre Amado por mi esposo! A ti quiero clamar por su protección, que lo apartes de los peligros de las calles, Quiero suplicarte por todos los esposos para que se liberen del rencor, de los miedos y las angustia. Dales a todos ellos la paz y la armonía de un hogar feliz. Esos esposos que salen bien temprano a trabajar, concédeles la dicha de contar con el cariño y el calor humano de su familia cuando regresen a sus hogares.

Ampáralos del peligro inminente de la noche, de los corruptos policías que creen que tienen el derecho de ultrajar, de violar los derechos humanos y de humillar a los más pobres y desamparados, por sus apetencias personales, sin importarle la justicia y la vida.

Tampoco descuides a quienes llevan una vida conyugal sin tu presencia y tus enseñanzas y han quedado huérfanos de ti, de tu amor y el cariño de sus esposas e hijos. Te suplico de nuevo por tu protección eterna para mi esposo, y regálale todo el amor que tu posees para que sus almas se transformen y alcancen su bienestar y felicidad. Por los siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Poderoso Dios Padre! Dicen que mientras más crisis económica, más delincuencia se desata por las noches en nuestros barrios o urbanizaciones. Por eso, Padre Amantísimo, cuando mi esposo sale del trabajo y cae la noche, pienso en el peligro que corre por esas calles.

¡Oh Padre Amado y Guardian de mi vida! Eso es algo que siempre perturba mi tranquilidad. Por eso, invoco tu sagrada benevolencia y poder, para que protejas en este día su integridad física cuando la oscuridad de la noche lo arrope, y alejes de su cercanía a todos esos malandros y malhechores, a quienes no les importa jugar con el dolor ajeno.

Apártalos de su vida, mándalos bien lejos y permite que tu gran poder vivificador interfiera y los neutralice, que se detengan por tu infinita misericordia y nunca osen dañar su integridad física. Oscurécele la mirada cuando lo vean en las noches o transiten cerca de mi esposo, que no lo sigan en su recorrido hasta llegar a su hogar, ni atenten contra su vida de ninguna manera, porque siempre Padre Amado ha permanecido fiel y leal a tu amor y espíritu bondadoso.

Nuevamente, Padre Amado y Misericordioso, te suplico que me lo protejas siempre por las noches donde quiera que se encuentre; protege todo lo que reposa en su hogar, porque allí está media parte de la vida de mi adorado esposo, que ha sido fruto de su esfuerzo.

Cuídamelo por siempre y resguarda todos sus bienes. No aceptes que ni de noche ni de día ningún extraño lo amenace y pongan en peligro su integridad física. Bendícelo Señor, por los siglos de los siglos Amén.

¡Oh Misericordioso Padre Amado! Me he sentido muy mal últimamente y mi alma clama por ti y ti misericordia. La relación con mi esposo está muy maltratada por las envidias de la gente que en su afán por separarnos alientan los celos, las infidelidades y el abandono.

Amado Dios, no quiero que las malas intenciones triunfen y nos separen, que nada ni nadie rompa esta relación de pareja, esta relación tan bella que tanto nos hemos esforzado por crear, por aumentar y estabilizar día tras día.

Por ello te ruego tu protección y custodia para que no nos hagan daño y nuestra unión matrimonial se fortifique y crezca cada día más. Que se alejen las obsesiones, los rencores, las envidias y los amigos farsantes, aparta la ira, la soberbia, los malos pensamientos de nuestros corazones, dulcifica los sentimientos de las personas que desean vernos separados y que acepten nuestra relación matrimonial.

¡Oh Padre Amantísimo! Otórganos esa dicha que buscamos, para que la paz y estabilidad que ahora tenemos no sea destruida por nadie. Y especialmente ayúdanos a reencontrarnos como esposos y a solventar nuestras diferencias con amor. (Pedir ahora lo que se quiere).

Guíanos siempre esposos por los buenos caminos; no permitas que nos alejemos de tus Mandamientos, y bríndanos un corazón que te adore con todas nuestras fuerzas, alma y mente, te lo rogamos en el nombre de Jesucristo. Amén. Rezar el Credo, Padrenuestro y Gloria.