Oraciones Para Ganar Un Juicio

Padre todopoderoso, tú lo eres todo, por eso acudo a ti con toda mi fe y confianza, para que me resguardes bajo tu protección durante este proceso judicial que dentro de pocos días se definirá. Para ti Padre amado, nada es oculto, tú lo sabes todo y lo ves; por eso sé que no necesito explicarte nada.

Se que me he equivocado varias veces en mi vida, y arrepentida(o) de todo corazón imploro hoy tu perdón, y te suplico me ayudes a actuar siempre según tu voluntad y las enseñanzas que tu amado hijo Jesucristo nos dejó en las Sagradas Escrituras.

Mentirte sabes que no es mi costumbre; mi arrepentimiento es sincero y mis propósitos son benevolentes. Cada vez que me enfrente a otros abogados en los tribunales, quiero estar convencido que voy tomado de tu mano Padre santo, y que tu voz es mi voz para convencer a los jueces.

Padre Santo y Divino, lléname de claridad mental y sabiduría profunda como defensor para encontrar la mejor manera de demostrar la inocencia de mis defendidos. Dame la Luz necesaria para escudriñar y visionar la verdad que sacará de las rejas a mis clientes. Amén.

¡Oh Bendito Juez Omnipotente! Amado Jesucristo, inicio mi día como litigante, pidiéndote que derrames tu justicia sobre cada caso para que las personas que me quieran hacer daño no encuentren la forma de hacerlo. Ilumina la mente de los jueces y del jurado calificador que de una u otra forma intervienen en la decisión final.

Difumina el odio de los corazones de mis adversarios y concédeles mucha paz, para que continúen viviendo en el buen camino, y sobre todo sin pensar en querer dañar a nadie física, emocional o judicialmente.

Amado Padre, con el amor que un hijo acude a su padre, vengo ante ti y te entrego la resolución de cada caso, rogándote un veredicto a mi favor. Pues contigo a mi lado no me siento indefensa(o), y en ti confió plenamente. Tómame en tus brazos, lo necesito, y sé que si estás conmigo no hay nadie en contra de mí.

¡Oh Amado Padre Omnipotente y Protector! Haz que tu poder se haga ante mis enemigos, que siempre andan acechándome con trampas y subterfugios malévolos. Haz que reine la verdad, la luz redentora y la justicia divina cuando esté en el estrado de los tribunales. Por los siglos de los siglos. Amén.

Jesús, Salvador y Redentor, hoy vengo ante ti mi buen Señor de Justicia y Paz, Poderoso y Justo Juez, para suplicarte me otorgues tu favor divino en estos instantes de prueba e infortunio, en los que me siento muy solo e indefenso, ya que las injusticias que hoy me han rodeado y las adversidades que experimento me hacen sufrir y llenan de preocupación.

Recurro a tu bondad magnánima, a tu gran amor, a tu misericordia, a tu verdad y claridad, para pedirte que alientes y orientes mi corazón y pueda luchar con fuerza en contra de todos aquellos enemigos que quieren verme mal. Arroja tu poder y gloria para que quienes me han de juzgar, tomen las decisiones correctas con honradez y pulcritud.

Permíteles que la humanidad y la generosidad colmen sus corazones en el acto de dictar su sentencia. Te imploro que los llenes de comprensión y piedad para salir beneficiado y su veredicto sea favorable hacia mí.

Tú, Rey de Justicia y Paz, haz que permanezca la Verdad Divina y por medio de mediante tu Santísima y amada Madre, con tus doce Santos Apóstoles y todos los Santos, Arcángeles y Ángeles celestiales, para auxiliarme en esta difícil situación que atravieso en estos momentos.

Regálame, obséquiame Señor mío la claridad y el perdón, y dame fuerza para no cometer de nuevo esos errores. Haz que tu pecho fuerte y poderoso sea mi escudo, para que los ojos de mis enemigos nunca me vean ni me hallen, ni logren hacerme ninguna maldad.

Concédeme tu fuerza de Amado Juez para combatir la injusticia y recibe mi fervor que te ofrezco de corazón. Hágase de acuerdo a tu voluntad la justicia para todos y para siempre. Obséquiame la gracia de recibir tu luz y ser merecedor de tu ayuda y protección. Amén.

Santísimo y Justo Juez, hijo de María, que mi cuerpo no desfallezca ni mi sangre sea derramada. Que a donde vaya, tus milagrosas manos me mantengan. Que los que desean verme mal tengan ojos y no me miren, y si tienen armas no me lastimen, ni me guinden.

Te pido que con el manto Sagrado con que fue Jesús cubierto en la tumba, ahora sea yo envuelto en sus sabanas, para que no pueda ser lastimado ni muerto, y la cárcel no sea la derrota que me someta, gracias a la intersección del Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Poderoso, invencible y valiente Señor San Jorge, notable guerrero. Tú que eres el temor en las guerras, gran protector y fiel seguidor de la justicia, hoy te imploro me ayudes a ganar en esta fuerte batalla, que me ha llevado al estrado de un tribunal.

Pujante defensor de las causas justas e ilustres, yo hoy necesito de ti y por ello te invoco en este crucial momento, para que acudas a mi compañía y cuando mi enemigo crea tener ganada la batalla ganada, todo se coloque a mi favor y la victoria me corresponda de manera legal y justa.

Vetusto protector portador de las fuerzas benévolas y justas, haz que el brillo de tu espada desgarre la oscuridad de mis desesperanzas, porque hoy mi llamado es desesperante y la justicia no está de mi lado. Juez Supremo y líder de mil batallas hoy te invoco porque quiero la victoria en este juicio. Haz justicia para mí. Amén.

Bondadosa Santa Muerte, protectora fiel de los frágiles, de los desvalidos y de los impetuosos en su pensar. Tú, que te detienes a observar fervientemente los corazones de los afligidos, vengo ante ti en estos momentos, mi Santa Señora Blanca para rogarte y pedirte que se me haga justicia.

A ti, ¡Oh Poderosa Santa Muerte!, Reina del Mas Allá!, Hoy agradezco tu presencia de tu igualdad en la balanza del bien y del mal. Señora de la noche perpetua, mira dentro de mi alma y corazón; observa las plegarias que exaltan mis necesidades urgentes.

Permite que la gente de este mundo sienta tu cegadora e implacable justicia. Y que sea tu bondadosa mano la que nos muestre el real sendero de las decisiones que toman los jueces y prisioneros. Gran Señora Blanca, con los culpables se justa, pero bondadosa con los inocentes, y ten clemencia con quienes se arrepienten de sus delitos o maldades, sólo si lo hacen de alma, corazón y mente.

En estos momentos, llamo a tu atención para que mi juicio sea dirigido por ti y te presentes ante los jueces que me acusan para que aun con la injusticia puedan ser perdonados por su incompetencia a la hora de litigar.

¡Oh Magnánima y Poderosa Santa Muerte!, Reina del Mas Allá, cuando llegue el día de mi juicio, quiero que seas tú quien me juzgue, y sé que me juzgarás por el testimonio y las evidencias que ahora te entrego como regalo, para ser liberado de mi juicio o mi castigo. Amén.

¡Oh mi Sacrosanto Señor de Justicia! Mi buen amigo Jesús de Nazaret, quien sin conocerme, y por tu infinita misericordia llegaste a sufrir y ofrendaste tu vida por mí y por todos los pecadores. Hoy te invoco con gran amor y humildad, con toda mi fe y esperanza para suplicarte que me concedas la fuerza portentosa para enfrentar las dificultades que hoy se me presenten.

Amado Señor, vierte sobre mi tu santísima y divina misericordia. Tú que eres mi Señor de la Justicia, aunque sé que soy un pecador, y que he cometido grandes errores, perdóname, cúbreme en tu Divina Presencia. Quiero sentir tu maravilloso amparo fuertemente en mi vida. Y te doy las gracias por eso.

Con tu gran amor, con tu verdad y justicia, me siento totalmente protegido y acompañado, por eso me acerco a ti Jesús Amado y Justo, para que intercedas ante Dios y le solicites que cambie mi horrible situación, dándome la fortaleza, paz y tranquilidad que tanto necesito en medio de esta celda.

Expande hacia mí tu Mano Divina y aparta de mi presencia y de mi entorno tanta infelicidad y preocupación. Tú que siempre ayudas a los más débiles y afligidos, a los humildes y más necesitados; tú que te preocupas por nuestros desalientos y nos da y nos proporcionas salud, tranquilidad y reposo, aleja todas las preocupaciones.

Líbrame Santo Jesús de todas las personas que con malas intenciones ponen en peligro mi estabilidad emocional y mi libertad. Agiliza el procesamiento de mis trámites y líos legales y judiciales. Y haz que todos los problemas y conflictos se solucionen a mi favor. Por los siglos de los siglos. Amén.