Los Salmos Didácticos, pueden entenderse como composiciones o pasajes bíblicos destinados a la enseñanza y al aprendizaje. Se caracterizan por ostentar diferentes elementos sensatos que nos ayudan fácilmente a concebirlos como didácticos y memorizables.
La sabiduría que emana del poder de Dios, nos instruye para hablar o actuar ante cualquier circunstancia. Por ello, hoy te ofrecemos estos Salmos Didácticos, ya que mientras más nos acercamos al Altísimo, más sabios seremos, y nuestra reacción frente a las pruebas de la vida son señales del grado de sabiduría que tenemos. Pedirla con el corazón abierto es un paso de humildad. La sabiduría (o prudencia), nos ayuda a comportarnos correctamente, enalteciendo siempre a Dios.
Salmos Didácticos
Salmo 90:12
“Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.”
Si administramos bien cada día que vivimos y planificamos nuestro futuro, de seguro nos irá mejor. Pero no solo es contar los días, es atesorar y aplicar también todas aquellas enseñanzas, provenientes de experiencias buenas o malas, que nos alimentan nuestro espíritu y nos hacen crecer interiormente, disfrutando de bienestar por cada día que transcurra, pero viviendo con la luz orientadora de la verdadera sabiduría, la que viene de Dios.
Salmo 119:165
“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo”.
Las leyes y mandamientos que nos dejó el Dios Padre a través de las Sagradas Escrituras, están inspiradas todas desde lo didáctico para darnos y preservar nuestra paz. Una vez aprendidas y asimiladas, todas ellas se encaminan hacia ese estado de bienestar y gozo, para quienes son obedientes y siguen sus enseñanzas.
Quien las cumpla transitará por senderos abiertos, donde los obstáculos ya no se verán. Serán caminos sin tropiezos, solo para avanzar hacia la tranquilidad y el progreso de nuestras vidas.
Salmo 84:11-12
“El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha. Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!”
Gracias amado Padre, por tus generosos cuidados y tu magnánima misericordia. Nuevamente gracias porque solo debo vivir confiando en tu sabiduría y en tu aprobación. Ya Tú me has aceptado y me has dado el honor y la gloria de saberme tuyo, instruido, amado y bendecido. Siempre sin ninguna falta, sin ningún pecado quiero estar de tu lado para poder contar siempre con tu poderosa enseñanza.
Salmo 104:24
«Tus obras, Señor, ¡son innumerables! ¡Todas las hiciste con gran sabiduría! ¡La tierra está llena de tus criaturas!»
Todas las obras fueron creadas por nuestro Dios Padre, pero el secreto solo le pertenece a Él. Su sabiduría es inconmensurable, infinita. Descifrarla solo a Él le está permitido. Pues incluso nuestra propia creación fue moldeada con sus manos y su sabiduría.
Todo en su lugar y en su tiempo. Gracias Dios Padre por enseñarnos tantas cosas y por bendecirnos con ella.
Salmo 111:10
“El principio de la sabiduría es el temor al Señor. Quienes practican esto adquieren entendimiento y alaban al Señor toda su vida.”
Este es uno de los Salmos Didácticos mas importante, porque pareciera que se contrapone en sus términos: sabiduría y temor. Pero no. La sabiduría espiritual se adquiere con la obediencia que le debemos a nuestro Dios Padre. Póngase por ejemplo el caso de Eva, quien por desobedecer y no temer a Dios, cometió pecado eterno y manchó la especie humana por desconocimiento.
Salmo 119:66-70
“Dame la sabiduría y el conocimiento que necesito, porque confío en tus mandamientos. Antes yo no andaba en tu camino y sufría mucho, pero ahora cumplo fielmente tu palabra. Tú eres bueno, y haces el bien; enséñame tus mandatos.”
En esta otra parte del Salmo 119 se alberga la parte mas interesante del mismo. El salmista esta consciente de su ignorancia o desconocimiento y suplica a Dios que le otorgue sabiduría, para poder entender y cumplir sin temores sus mandamientos, donde se encierra toda la sabiduría de nuestro Dios Padre.
Nótese que, aunque confiesa que ante creía en él, no cumplía sus leyes y mandamientos, pero ahora si los cumple, y aun, sin embargo, no conoce bien sus leyes y mandatos para aplicárselas al pueblo. Las entiende lingüísticamente, pero no las comprende en la teoría y la praxis.
Salmo 136:5
“Al que con entendimiento hizo los cielos: ¡Porque para siempre es su misericordia!”
No solo los cielos. Lo hizo todo. Los mares, las nubes, las aguas, el viento. ¡Cuán grande será su sabiduría y entendimiento para crear tantas cosas maravillosas! Solo nuestro Dios Padre es capaz de hacer esas cosas tan perfectas y hermosas: las flores, los bosques, las llanuras, los lagos y las lagunas…Y, sin embargo, muchos minimizan tanta hermosura y esplendor, a pesar de amarnos con tanta misericordia.
Salmo 147:5
“Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; su entendimiento es infinito”
Demasiado grande diríamos todos aquí en la tierra. Dios de todos los dioses terrenales, que con su sabiduría y entendimiento nos bendijo con sus valiosas obras en pro de sus hijos amados, que no nos cansamos de alabarle, de temerle y de agradecerle por darnos tanto amor en medio de tantas calamidades y angustias.
Pero solo la obediencia, la confianza y la fe en su omnipotencia, nos puede permitir estar en su regazo y descansar en paz, con la esperanza siempre altiva en la venida de nuestro amado Jesús.
Proverbios 11:2
“Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría.”
El orgullo es como lo contrario a la humildad. Quien actúa de forma orgullosa, buscando despreciar al prójimo, está actuando de forma incorrecta. Y nuestro Dios Padre lo reprueba, porque Él es un Dios de Amor y compasión. Y ciertamente, la humildad, mejor entendida como la capacidad de ponerse en los zapatos del otro, como dice el refrán popular, nos trae sabiduría, conocimientos, aprendizajes, que sirven para toda la vida.
Proverbios 2:6-7
«Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente.»
En este capítulo de Proverbios 2, se recalca que la sabiduría es una dádiva de Dios, que solo se puede obtener mediante la búsqueda profunda y meticulosa, y quien la practique nuestro Dios Padre cuidará y protegerá a quienes permanezcan fieles a ella.
Esta bella promesa es comprensible solamente si estamos conscientes de que para el pueblo de Israel la sabiduría consistía en obedecer las leyes de Dios.
Salmo 94:11
“El Señor conoce los pensamientos del hombre, sabe que son sólo un soplo.”
Apenas un “soplo” representa el pensamiento del ser humano. Es una acción mu efímera, voluble, pero no sucede lo mismo con el pensamiento de nuestro Dios Padre Misericordioso, que es para siempre. Y nuestro Dios Padre lo sabe, por cuanto fuimos su hermosa creación, pura y humilde, hasta que el maligno logró que Eva y Adán desobedecieran sus enseñanzas y sus mandatos.
Salmo 51:6
“He aquí, tú deseas la verdad en lo más íntimo, y en lo secreto me harás conocer sabiduría.”
Otro Salmo que pareciera contradictorio, pero no. Para nuestro Dios Padre la humildad es sencillez, pero encierra una gran sabiduría, porque lo secreto, lo callado, lo menos bullicioso, encierra grandes realidades y verdades; pero lo íntimo, aunque no se pregone, siempre queda resguardado solo para las oraciones con nuestro Dios Padre.
Salmo 19:7
“La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.”
La ley y los mandamientos de nuestro Dios Padre están llenos de sabiduría y lo que se busca con ellos es alcanzar la perfección en cuanto a la relación que podamos establecer con nuestro Dios Padre.
Eso nos permite purificar nuestra alma, nuestro cuerpo, nuestro espíritu, sabiendo que las palabras sagradas del Señor nos aseguran la paz, la armonía espiritual y la salvación eterna. Más el temor, la fe y la confianza en sus mandatos nos fortalecen, nos protegen del mal y nos colman de mucha sabiduría.
Salmo 119:98
“Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre.”
, sus mandatos y leyes, son y serán míos para siempre, en cambio nuestro enemigo, Satanás, los desprecia y rechaza. Por eso siempre nos pertenecen y nos guían en nuestro diario transitar, en el cual se nos presentan diferentes vicisitudes que a veces no sabemos enfrentar por falta de sabiduría y por no contar con los conocimientos más elementales para sobrellevar nuestras cargas.
Salmos Didácticos: Enseñanzas y Obediencia hacia Dios Padre
¿Prefiere usted estar sano, o enfermo? ¿Escogería ser próspero, o pobre? ¿Quisiera ser respetado, o despreciado? ¿Desea la felicidad, o una vida de tristeza? Estas preguntas pueden parecer tontas. Pero siempre tienen una respuesta ¿Quién no prefiere la primera opción? Sin embargo, mucha gente toma decisiones que la conducen a la segunda opción. ¿Cuál es el sendero que Dios ha establecido para triunfar?
Los Salmos Didácticos dan respuestas a estas preguntas. Las pruebas que nuestro Dios Padre nos coloca en el camino pueden traernos como resultado, no solo crecimiento y bendición, sino también aprendizajes.
Eso es así, si permitimos que nuestro Dios Padre nos guíe siempre y nos conceda la sabiduría necesaria para actuar de forma correcta, justa y sincera. Pero si queremos ser guiados por la sabiduría de Dios debemos pedirla con fe y humildad, abriendo nuestros corazones podamos ver las cosas desde su perspectiva.
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