Salmo 91: Morando Bajo La Sombra Del Omnipotente

El Salmo 91 podemos leerlo en el Libro de los Salmos de la Biblia. No obstante, en la traducción griega de la Septuaginta de las Sagradas Escrituras, así también como en su versión latina Vulgata, este salmo aparece como el Salmo 90, de acuerdo con un sistema de numeración levemente discordante. Por otra parte, la tradición judía le confiere su autoría a Moisés en el texto hebreo, siendo compilados con los del Rey David en su Libro de los Salmos, pero la traducción griega de la Septuaginta de la Biblia del Antiguo Testamento, lo atribuye a este último.

En la versión traducida al Latín, a este Salmo 91 se le conoce como "Qui habitat" y está dedicado exclusivamente a la protección y resguardo de todos los fieles y devotos que se entregan a nuestro Dios Padre, el cual puede comúnmente ser invocado en momentos difíciles de angustias, preocupaciones, problemas y calamidades diversas. Por eso, conozcamos bien su contenido y adentrémonos en sus enseñanzas que en este caso se centran en la protección de nuestro Dios Padre y su hijo amado Jesús.

Índice
  1. Salmo 91
    1. Salmo 91:1-2
    2. Salmo 91:3-4
    3. Salmo 91:5-6
    4. Salmo 91:7-8
    5. Salmo 91:9-10
    6. Salmo 91:11-12-13
    7. Salmo 91:14
    8. Salmo 91:15-16
  2. Salmo 91: Protección asegurada con nuestro Dios Padre…

Salmo 91

“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío»."

Salmo 91:1-2

“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío»."

Quien guarda en su corazón el amor, la obediencia y el agradecimiento, siempre estará abrigado por el Altísimo, por el Dios Todopoderoso, quien es nuestra fortaleza y refugio… ¿¡Cómo no confiar en su magnanimidad si siempre nos guía y nos protege de todo mal? Gracias, mil gracias Padre amado, porque en mi corazón y en mi hogar habitas por siempre.

Salmo 91:3-4

“Sólo él puede librarte de trampas ocultas y plagas mortales, pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!”

Cuando hacemos referencia a la protección de nuestro Dios Padre, estamos confirmando su palabra de que no nos abandonará, ni desamparará en cuanto a lo espiritual, a la protección misericordiosa: Este hermoso Salmo 91 nos lo confirma una vez más.

La Protección que el Altísimo nos prodiga es incuestionable y nos ayuda a fortalecer el amor y la fe en nuestro Dios Padre. Medita en ellos y permite que nuestro Dios Padre te consuele y te levante. Fíjense que aquí nos hace referencia a su fidelidad y metafóricamente la compara con un poderoso escudo a nuestro favor.

"No tengas miedo a los peligros nocturnos, ni a las flechas lanzadas de día, ni a las plagas que llegan con la oscuridad, ni a las que destruyen a pleno sol."

Salmo 91:5-6

"No tengas miedo a los peligros nocturnos, ni a las flechas lanzadas de día, ni a las plagas que llegan con la oscuridad, ni a las que destruyen a pleno sol."

Siguiendo con su interpretación y análisis, aquí en esta sección el salmista nos hace referencia a los peligros de la noche y el día; también a las plagas, como la peste o pandemia que hoy nos agobia en este planeta. Mas no debemos temer, porque debemos encomendarnos a su protección, tanto de día como de noche, dondequiera que estemos o transitemos.

Salmo 91:7-8

“Mil caerán muertos a tu izquierda y diez mil a tu derecha, pero a ti nada te pasará. Solamente lo habrás de presenciar: verás a los malvados recibir su merecido."

El salmista lo representa en números. Muchos podrás ver caer en cualquier camino, tanto a tu derecha como a tu izquierda. Actualmente eso lo estamos presenciando con la Pandemia del Coronavirus, pero aquel que vive a tu amparo y cumple con fe y confianza tus leyes y mandatos, obedeciéndolo, presenciará la furia del maligno, pero nada le pasará, porque está protegido con el manto divino de nuestro Dios padre.

Cuando el Espíritu Santo se posa en nuestros corazones a través de la fortaleza, paz, esperanza y la constancia requerida para superar todas las dificultades, su protección está asegurada y se convierte en un fruto que alimenta nuestra fe cristiana, al colocar en nuestros senderos instrumentos espirituales para resguardarnos del enemigo.

“Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu lugar de protección, no te sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a tu casa.”

Salmo 91:9-10

“Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu lugar de protección, no te sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a tu casa.”

Cuando nos entregamos al manto protector de nuestro Dios padre, podemos estar seguros que hemos llegado al refugio de protección mas importante en nuestras vidas; tanto que ni las pestes ni las enfermedades de este milenio podrán atacar nuestras casas. En ellas podemos estar seguros, porque nuestro Dios Padre nos ha marcado con su sangre derramada en el madero, para salvarnos y resguárdanos. Por lo tanto, ningún mal podrá llegar a nuestros hogares si somos obedientes y tenemos la fe suficiente para encomendarnos a sus designios. Amado Padre, tu eres nuestro gran refugio de amor, No nos desampares en estos tiempos tan difíciles.

Salmo 91:11-12-13

“El mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna. Podrás andar entre leones, entre monstruos y serpientes."

De todos los salmos relacionados con la protección y el abrigo de nuestro Señor Dios Padre, este, junto al Salmo 23, es uno de los más conocido y exclamado por todos los cristianos y católicos del mundo.

Este Salmo encierra un buen mensaje de protección, de allí lo aleccionador de su discurso, que nos invita a tener confianza, especialmente cuando el salmista nos dice que nuestro Dios Padre prepara los alimentos y la mesa para sentarse con nosotros complacido, enfrentando a nuestros enemigos y angustiadores, para que puedas pasearte entre tus enemigos con confianza y seguridad, que es lo que nos transmite este Salmo, y si Dios conmigo ¿Quién contra mí?

«Yo lo pondré a salvo, fuera del alcance de todos, porque él me ama y me conoce.”

Salmo 91:14

«Yo lo pondré a salvo, fuera del alcance de todos, porque él me ama y me conoce.”

Hay momentos en los que no nos acordamos de clamar a Dios en medio de nuestras preocupaciones o dificultades. Nos cegamos ante las amenazas que nos rodean y por la magnitud de los problemas. Sin embargo, siempre que clamamos a Dios él nos escucha y luego pasa a la acción.

Puede ser que en el momento de una enfermedad o de la guerra que nos acecha, no nos libere y la domine por completo, pero siempre nos bendice con la protección y la paz que requerimos, dándonos una nueva perspectiva de la realidad que vivimos. Este Salmo 91 se inspira en la Protección de nuestro Dios Padre y nos recuerdan que nuestras vidas están en sus manos y en nuestro amado Dios Padre y su hijo amado Jesucristo tenemos nuestra salvación.

Salmo 91:15-16

"Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él! Lo libraré de la angustia y lo colmaré de honores; lo haré disfrutar de una larga vida: ¡lo haré gozar de mi salvación!"

Por medio de este hermoso y aleccionador Salmo 91, podemos apreciar en todo su esplendor el amor de nuestro Dios Padre, quien siempre puede obrar por nosotros en cada situación de peligro que enfrentemos durante todos los días y noches por venir.

No es una cuestión de un solo día. Es una acción constante de su parte. Si nos preocupamos por tenerlo en nuestros corazones y por cumplir sus mandamientos, cada día que transcurra será una bendición bienvenida, que nunca debemos minimizar en nuestra conciencia, porque un solo día puede cambiar nuestras vidas. Pero nuestro Dios Padre puede colmarnos de muchos años de vida. A Él nada le cuesta.

Salmo 91: Protección asegurada con nuestro Dios Padre…

Salmo 91: Protección asegurada con nuestro Dios Padre…

Mediante este Salmo 91, centrado en la protección, podemos tener la seguridad plena de la bondad y misericordia de nuestro Dios Padre. Este es un motivo más que suficiente para sentirnos seguros y bendecidos ante cualquier circunstancia adversa que se nos presente en nuestras vidas.

Por ello Padre Amado Dios ¿Cómo no darte las gracias cada mañana cuando al abrir las ventanas de mi hogar sentimos su presencia divina cobijándonos a través de los rayos del sol? Aquí te ofrecemos este interesante Salmo 91 para la protección de nuestro amado Dios Padre te colme infinitamente Léelos y reflexiónalos junto a tus familiares y amigos con mucha atención, esperando que los asimilen y se fortalezca la confianza y la seguridad en cada plan o proyecto que emprendas hoy, mañana y siempre.

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