Salmos Para La Protección

Cuando hacemos referencia a la protección de nuestro Dios Padre, estamos confirmando su palabra de que no nos abandonará, ni desamparará en cuanto a lo espiritual, a la protección misericordiosa: Aquí podrás leer algunos Salmos para la Protección, que te ayudarán a fortalecer tu amor y fe en nuestro Dios Padre. Medita en ellos y permite que nuestro Dios Padre te consuele y te levante.

¿Cómo es esto? Cuando su Espíritu Santo se posa en nuestros corazones a través de la fortaleza, paz, esperanza y la constancia requerida para superar todas las dificultades, ya que su protección es el fruto que alimenta nuestra fe cristiana, al colocar en nuestros senderos instrumentos espirituales para resguardarnos del enemigo.

A menudo, las decepciones pueden llevarnos a proteger de forma excesiva. Pero nos olvidarnos de que hay alguien especial que nos protege ¡Nuestro Dios Padre Jehová! y estos Salmos para la Protección lo confirman, pues nos ha prometido redimirnos perdonando todos nuestros pecados siempre que aceptes a Jesucristo como nuestro Salvador.


Índice
  1. Salmos para la Protección
    1. Salmos 23
    2. Salmo 27:1
    3. Salmos 32:7
    4. Salmo 42:11
    5. Salmos 37:3-4
    6. Salmos 55:16-18
    7. Salmos 71:5
    8. Salmos 84:11-12
    9. Salmos 91:1-2
    10. Salmos 119:25-26
    11. Salmos 119:114
  2. La Protección de nuestro Dios Padre es mi Seguridad…

Salmos para la Protección

Salmos para la Protección

Salmos 23

“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.”

De todos los Salmos para la Protección, este es el mas conocido y exclamado por todos los cristianos y católicos del mundo. Este Salmo encierra un buen mensaje o discurso aleccionador, esperanzador y de confianza, especialmente cuando el salmista nos dice que nuestro Dios Padre prepara los alimentos y la mesa para sentarse con nosotros complacido enfrentando a nuestros enemigos y angustiadores. Confianza y seguridad es lo que nos transmite este Salmo, y si Dios conmigo ¿Quién contra mí?

Salmo 27:1

“El Señor es mi luz y mi salvador; ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿Quién podrá atemorizar?”

En este caso, el Rey David, confiaba enteramente en nuestro Dios Padre, pues creía ciegamente en su compañía y resguardo. A pesar de las dificultades que podía enfrentar David, estaba convencido en la bondad de Dios, como virtud esencial de la vida.

Estaba consciente de que nuestro Dios Padre le tendría preservadas cosas buenas y agradables en medio de todas las adversidades que enfrentaba. Por eso, en estos Salmos para la Protección, nos invita a los creyentes a tener siempre la esperanza y la confianza en nuestro Dios Padre porque él jamás nos va a abandonar cuando estemos en apuros.

Salmos para la Protección

Salmos 32:7

“Señor tú eres mi refugio; tú me proteges de todo peligro y me rodeas con cánticos de liberación”.

En estos Salmos para la Protección, captamos de inmediato la grandeza de nuestro Dios Padre y su gran interés en protegernos. El salmista lo confiesa sin cortapisas. Él es nuestro gran refugio, que nos colma con su manto protector de los peligros y nos libera de todo pecado.

Salmo 42:11

“¿Por qué inquietarme? ¿Por qué angustiarme? En Dios pondré mi esperanza, y aún hoy lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!”

Si confío en la grandeza y la misericordia de nuestro Dios Padre, que nos prometió la salvación ¿De qué me tengo que preocupar o angustiar? Mi esperanza viene de nuestro Dios Padre y su hijo Jesucristo. Por lo tanto, no hay de qué temer. Hay que confiar y solo esperar que sus palabras se cumplan. El Altísimo siempre cumple lo que promete. Entonces, tengamos la esperanza siempre presente.

Salmos 37:3-4

“Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.”

Permite Amado Dios Padre que mi confianza en ti se proyecte siempre por medio de mis acciones llenas de bondad. Hazme un ser bueno, caritativo y entregado a hacer el bien al prójimo. Solo eso me bastaría para serte fiel por siempre. Déjame ser libre en tu morada y apártame de los pecados que me alejan de tu bondad.

Salmos 55:16-18

“Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me preservará. Mañana, tarde y noche suplico angustiado, y él me escucha. Aunque son muchos quienes me combaten, él me rescata, me salva la vida en la guerra que se libra en contra de mí.”

Hay momentos en los que no nos acordamos de clamar a Dios en medio de nuestras preocupaciones o dificultades. Nos cegamos ante las amenazas que nos rodean y por la magnitud de los problemas. Sin embargo, siempre que clamamos a Dios él nos escucha y pasa a la acción.

Puede ser que en el momento de una enfermedad o de la guerra que nos acecha, no nos libere y la domine por completo, pero siempre nos bendice con la paz que requerimos, dándonos una nueva perspectiva de la realidad que vivimos. Estos Salmos para la Protección nos recuerdan que nuestras vidas están en sus manos y en nuestro amado Dios Padre y su hijo amado Jesucristo tenemos nuestra salvación.

Salmos 71:5

“Tú, Oh Soberano Señor Mio, has sido siempre mi esperanza; y en ti he confiado desde mi juventud”.

Una de las vivencias y satisfacciones más grandes e importantes de nuestras vidas es aquella cuando al voltear nuestra cara y vemos hacia atrás, y logramos ver el sello, la marca, la firma del Dios Padre en nuestra existencia pasada.

Cuando nos percatamos de su intervención, de su amor y lealtad. Es este un buen regalo que nos ha confiado desde nuestra juventud. Permitir que Él sea el dueño de nuestras vidas y de nuestros corazones, no tiene precio ¡No te arrepentirás nunca de ello!

Salmos para la Protección

Salmos 84:11-12

“El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha. Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!”

Gracias amado Padre, por tus generosos cuidados y tu magnánima misericordia. Nuevamente gracias porque solo debo vivir confiando en ti y en tu aprobación. Ya Tú me has aceptado y me has dado el honor y la gloria de saberme tuyo, amado y bendecido. Siempre sin ninguna falta, sin ningún pecado quiero estar para poder contar siempre con tu poderosa bondad.

Salmos 91:1-2

“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».»

Quien guarda en su corazón el amor, la obediencia y el agradecimiento, siempre estará abrigado por el Altísimo, por el Dios Todopoderoso, quien es nuestra fortaleza y refugio… ¿¡Cómo no confiar en su magnanimidad si siempre nos guía y nos protege de todo mal? Gracias, mil gracias Padre amado, porque en mi corazón y en mi hogar habitas por siempre.

Salmos para la Protección

Salmos 119:25-26

“Postrado estoy en el polvo; dame vida conforme a tu palabra. Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos. ¡Enséñame tus decretos!”

La palabra de nuestro Dios Padre es viva y nos transforma, nos rejuvenece en el alma. Ciertamente, es muy relevante para nuestras vidas dar de comer a nuestra y espíritu, aún en medio de las circunstancias adversas o Dolorosas.

En las Sagradas Escrituras, impresas en la Biblia, observamos a muchos hijos e hijas del Dios Padre que atravesaron por momentos muy difíciles, pero se conservaron firmes, confiando en las promesas y dadivas generosas de nuestro Señor. Aquí podemos observar la fidelidad de nuestro Dios Padre que se proyecta en sus vidas y cómo respondió en cada circunstancia, lo que provoca que nuestra fe aumente y se fortalezca en nuestros corazones.

Salmos 119:114

“Solo tu Señor eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra me refugio y he puesto mi esperanza”.

Así como su palabra es nuestro refugio y escudo para defendernos, así también es nuestro aleccionador escondite para despistar a nuestros enemigos, que a diario nos acechan con engaños y malas intenciones.

Pero aquí hay una palabra clave determinante: la esperanza, que se alberga en nuestros espíritus gracias a las promesas que nuestro Dios Padre nos ha revelado, relacionada con la salvación eterna, gracias a nuestro amado Jesucristo.

La Protección de nuestro Dios Padre es mi Seguridad…

Salmos para la Protección

Mediante estos Salmos para la Protección podemos tener la seguridad plena de la bondad y misericordia de nuestro Dios Padre. Este es un motivo más que suficiente para sentirnos seguros y bendecidos ante cualquier circunstancia adversa que se nos presente en nuestras vidas.

Por ello Padre Amado Dios ¿Cómo no darte las gracias cada mañana cuando al abrir las ventanas de mi hogar sentimos su presencia divina cobijándonos a través de los rayos del sol? Aquí te ofrecemos estos interesantes Salmos para la Protección. Léelos y reflexiónalos junto a tus familiares y amigos con mucha atención, esperando que los asimilen y se fortaleza la confianza y la seguridad en cada plan o proyecto que emprendas hoy, mañana y siempre.

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