Las ofrendas son dadivas que se entregan por amor. No se hacen ofrendas para vanagloriarse ante los demás. En esta ocasión te presentamos estos Versículos Bíblicos de Ofrenda para que los reflexiones y compartas con tus familiares y amigos, esperando que profundices en esta temática y seas un mejor cristiano.
Bien es sabido que por cada ofrenda que de corazón le entregues a los mas pobres o necesitados nuestro Dios Padre te estará agradecido, por cuanto esa ofrenda también se la estas obsequiando a Él.
Versículos Bíblicos de Ofrenda
Mateo 6:3-4
“Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.”
No es correcto ufanarse cuando hacemos alarde por darle algo a alguien pobre y necesitado. Con esta acción nuestra humildad y amor sincero hacia el prójimo queda entredicho. Si vas a dar algo, hazlo de corazón.
Porque ciertamente nuestro Dios Padre Todopoderoso no aprueba esta forma tan innoble de actuar. Si tu dadiva la entregas con amor y emana de tu corazón, nuestro Dios Padre te va a sorprender con una recompensa, con una bendición que va a nutrir mas tu alma.
2 Corintios 9:7
“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.”
Si en nuestro corazón esta nuestro Dios Padre y su hijo Jesucristo, la dadiva que decidas otorgar debe ser porque tu amor hacia el prójimo es sincero. Nadie te está obligando a hacerlo. Es una decisión muy personal; de allí que el “libre albedrio” se impone para hacer el bien o para el mal.
En pocas palabras, por medio de estos Versículos Bíblicos de Ofrenda se comprende que no hay necesidad de ser hipócrita, porque nuestro Dios Padre nos está observando y conoce lo que hay en nuestro corazón. Un alma pura y bondadosa es lo que a Él le agrada. Nada de hacer las cosas con mala gana. Al contrario, si lo vas a hacer, hazlo con alegría, sabiendo que el Altísimo estará contento con tu proceder.
Proverbios 31:9
¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!
Ayudar a los más pobres y afligidos y defenderlos con justicia, también es una hermosa ofrenda, incluso la que más le agrada a nuestro Dios Padre. Jesucristo es fiel ejemplo de su entrega y amor hacia los pobres.
Por eso debemos imitarlo en cuanto a estas acciones, que engrandecen nuestras almas y nos acercan más a la santidad. Cuando haya que defender a los pobres y hacerles justicia, no te detengas. Eso es devolverle un poco de la tranquilidad y la paz que tanto anhelan.
Nehemías 8:10
“Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza».”
Aquí en este Versículo se demuestra lo antes expresado, cuando Nehemías los motiva, después de comer y beber, a marcharse y a que compartan sus bienes con los más pobres y necesitados, porque este y todos los días, están consagrados para servirle a nuestro Dios Padre.
No actuemos con tacañerías que después nos lamentemos o nos pongan tristes, pues nuestro Dios Padre se regocija por ello y esa es nuestra fortaleza de vida y salvación cuando cumplimos sus leyes y mandamientos.
Mateo 10:8
“Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.”
Esta hermosa exhortación viene de nuestro Señor Jesucristo hacia sus discípulos, a quienes les ordeno luego del Dia de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo se posó sobre sus cabezas, que como ofrendas curarán a los enfermos, no solo de lepra, sino de cualquier enfermedad y que expulsarán los demonios que habitaban en esos cuerpos enfermos.
Satanás es el rey de los demonios y el Ángel de la Maldad, de la negación, por eso cada enfermedad es un demonio que entra a nuestro cuerpo para destruirlo o hacer que muera. Incluso les recuerda que deben actuar de manera reciproca, por cuanto ellos también fueron bendecidos con las ofrendas dadas por nuestro Dios Padre al poder usar el poder divino y espiritual y sanar a los enfermos. Lo que recibieron de forma gratuita, deben obsequiarlo de la misma manera, para agradar a nuestro Dios Padre.
Salmos 37:21
“Los malvados piden prestado y no pagan, pero los justos dan con generosidad.”
Las personas que no le temen a nuestro Dios actúan malignamente y no les importa perjudicar a los otros. Quien pide prestado y no devuelve, es un ser “vivaracho”, desleal, y tramposo; pero las personas que son justas y le temen al Dios Padre, actúan de manera diferente, de forma coherente con lo que nos enseñan las Sagradas Escrituras.
Sus ofrendas son sinceras y generosas, porque eso es lo que desea nuestro Dios Padre. Nuevamente les digo, no sean como los hipócritas. No se engañen así mismos. Dios sabe lo que escondemos en nuestros corazones y nos tiene descubierto.
Mateo 19:21
“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.”
Esa fue la respuesta de Jesucristo cuando un hombre rico le preguntó, como buen ávaro: “Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para obtener la vida eterna?”. Por esa respuesta, ese joven se fue triste, porque tenía muchas riquezas y le costaba desprenderse de todo ello para seguir a alguien que en realidad no conocía y en quien no tenía la suficiente confianza. Por ello Jesús al instante les dijo que “es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos”, por cuanto sus riquezas se lo impedirían. Mas fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que a un rico entre en el reino de Dios. Aleluya.
1 Corintios 13:3
“Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.”
¿De qué sirve repartir a los pobres todas las ofrendas si no se hacen con amor? Si no se siente en nuestro corazón esa alegría indescriptible al realizar esas obras, nada se gana en el reino de nuestro Dios Padre. Es decir, no hay nada que consumir, porque el amor es como un aceite, como un combustible que enciende la llama y la mantiene viva para la gloria del Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo.
Proverbios 21:26
“Todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad.”
La gente ávara, codiciosa solo vive para magnificar sus riquezas materiales aquí en la tierra; pero deja de lado su amor al prójimo, su generosidad, que es lo que realmente le gusta y le importa a nuestro Dios Padre. Por estas razones es mejor cosechar riquezas en el cielo que aquí en la tierra.
Salmos 37:4
“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.”
Alégrate, disfruta de corazón cuando tus ofrendas sean recibidas por los más pobres y necesitados con amor. Regocíjate sobremanera cuanto tu corazón sienta esa sensación inexplicable de felicidad al saber que estás cumpliendo con los mandamientos de nuestro Dios Padre, quien no te obviará, al contrario, te tomará en cuenta los deseos de tu corazón y te recompensará con sus bendiciones.
Lucas 6:30
“Dale a todo el que te pida y, si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames.”
No te niegues si alguien llega al frente de tu casa y te pide algo para comer, para cubrirse del frio, etc. Y aquel que se lleva sin permiso algo de tu propiedad, confórmate con saber que lo hizo porque lo necesitaba, porque estaba urgido. Aun así, Dios te recompensará con sus bendiciones, si en tu corazón la humildad y el amor al prójimo vive allí.
Mateo 6:2
“Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.”
Como lo decíamos en Mateo 6:3-4. Recibirán toda su recompensa, mas no están edificando su salvación, porque es desdeñable ufanarse en extremo e hipócritamente cuando agradamos a los más pobres y necesitados con una ofrenda para que nos magnifiquen por vanidosos, pues con esta actitud no podríamos entrar al reino de Dios y nuestras dadivas serian falsas. Si de verdad eres sincero y nuestro Dios Padre está en tu corazón, cuando te nazca regalar algo, hazlo con humildad y sin esperar nada a cambio. Solo la recompensa de nuestro Dios Padre.
Versículos Bíblicos de Ofrenda: Dar sin recibir nada a cambio
A través de la lectura e interpretación de estos Versículos Bíblicos de Ofrenda, nos damos cuenta de la importancia y el valor que tiene la ofrenda para nuestro Dios Padre, especialmente en estos tiempos de pandemia mundial y crisis económica.
Ciertamente nuestro Dios Padre Todopoderoso no aprueba esta forma tan innoble de actuar de ciertas personas que lo que buscan es figurar y ser tomadas en cuenta, ante sus complejos de inferioridad. Si tus dadivas las entregas con amor y emanan del temor y el respeto que sientes por nuestro Dios Padre, Él sabrá sorprenderte con una recompensa, con una bendición que va a nutrir aún más tu alma y tu peculio en su reino.
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